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Así es como un traslado puede salvar a un niño

Un traslado oportuno puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para un menor con lesiones por quemaduras; al año, la Fundación Michou y Mau apoya a 110 niños.

Cada año, la Fundación Michou y Mau traslada a más de un centenar de niños quemados a instituciones especializadas, como el hospital Shriners, en Galveston, Texas, lo que multiplica las posibilidades de supervivencia.

"Anualmente trasladamos a 110 niños", explicó en entrevista Anne Vilchis Otto, directora de Prevención de la organización. "Hasta ahora hemos atendido a mil 760 pacientes. Recibimos un promedio de dos mil 600 llamadas de emergencia al año".

"El tratamiento por menor quemado cuesta entre medio millón y un millón de dólares, dependiendo del porcentaje de quemadura o la gravedad de la quemadura misma. Lamentablemente el país no tiene con qué pagar, por ello para nosotros es mucho más fácil conseguir donativos para el traslado de los niños, pues en Estados Unidos pueden recibir la atención que el hospital les ofrece de forma gratuita. En México no hemos logrado tener la capacidad médica ni económica para atender a los niños".

El hospital Shriners atiende a pequeños con quemaduras desde 1966; cuenta con una unidad de cuidados intensivos, unidad de cirugía plástica y sala de recuperación. Junto con la Universidad de Texas ha desarrollado técnicas gracias a las cuales, de la década de los 60 a la fecha, ha duplicado la tasa de supervivencia en menores con quemaduras en más del 50 por ciento de su cuerpo.


TRASLADOS QUE SALVAN
Estos traslados salvan vidas, y el origen de la fundación es un trágico ejemplo de la importancia de la atención oportuna. Michelle ("Michou") Lemaitre Sendel y su hijo Mauricio perdieron la vida en un incendio; ella falleció en el lugar al tratar de salvar a sus hijos.

"Mau muere 20 días después, por no haber sido trasladado a tiempo a un centro de atención a quemados de alta especialidad, como Shriners, a donde llegó infectado y 10 días demasiado tarde", explica la propia Virginia Sendel, presidenta y fundadora de la organización en la página de internet de Michou y Mau.

De acuerdo con Vilchis Otto el costo de cada traslado ronda entre 130 mil y 180 mil pesos. "Nosotros como fundación recaudamos todos esos donativos para que al paciente y sus familiares no les cueste nada el poder atender a los pequeñitos que se quemaron", destacó.

Las donaciones se logran gracias a los aportes de la población en general, de algunos gobiernos estatales y en eventos caritativos, como torneos de golf.


ADEMÁS DE TRASALDOS…
La Fundación atiende a más de ocho mil pacientes en unidades de rehabilitación en el país, a donde llegan después de ser atendidos en Estados Unidos. "Los pacientes llevan a cabo una larga recuperación tanto física como emocional", explicó Vilchis Otto.

"En materia de prevención la fundación realiza una serie de acciones. Actualmente, por ejemplo, dos camiones recorren el país donde con mobiliario 3D les explicamos a los niños los riesgos que tienen de sufrir quemaduras en diversas situaciones y lugares. Los recorridos se realizan en comunidades rurales, los niños en situación de pobreza son los más susceptibles a las quemaduras. A través de los museos itinerantes los niños y sus papás conocen los riesgos y se les sensibiliza sobre el tema".

Gracias a alianzas con la SEP, la Comisión Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y hospitales crean guías de aprendizaje, tutoriales, material didáctico y cursos sobre los riesgos de las quemaduras.

También imparten cursos como el de Soporte de vida avanzado del paciente quemado (ABLS, por sus siglas en inglés), creado por la American Bern Asociation de Estados Unidos, a través del cual se certifica cada seis años a los médicos especialistas en el tratamiento de quemaduras. Más de 35 mil doctores se han capacitado en los cursos de la fundación.

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