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Alertan que iniciativa de ley 'sataniza' a los transgénicos

Junto a la iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnología, también se entregaron al Senado disposiciones a la Ley de Bioseguridad, las cuales 'satanizan' la biotecnología, aseguran expertos.

Junto a la iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnología (presentada el pasado 8 de febrero por la senadora de Morena Ana Lilia Rivera), que coarta la libertad de investigación, de acuerdo con académicos, también se entregaron al Senado algunas disposiciones a la Ley de Bioseguridad, las cuales "satanizan" la biotecnología, aseguran expertos a El Financiero.

"Se sataniza a la biotecnología, y parece llevar el activismo y militancia antiOGM (Organismos Genéticamente Modificados) de la doctora Elena Álvarez-Buylla a nivel de ley", afirmó Agustín López Mungía, una de las referencias en biotecnología industrial que hay en México.

El académico de la UNAM apuntó que con esa ley se dejan atrás no sólo los grandes logros alcanzados "en salud y agricultura en todo el mundo y el infinito potencial de esta herramienta científica, sino también la realidad que ya representa para México".

En la iniciativa que se encuentra en el Senado, a diferencia de la ley vigente, el Conacyt será la entidad responsable de formular y coordinar las políticas públicas relativas a la bioseguridad de los OGM, y no la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), organismo específico para esa tarea.

Por esa razón, el investigador consideró que la iniciativa de ley de bioseguridad tiene apoyo de la funcionaria, olvidando que los OGM son la base de la producción de algodón en el norte del país.

López Mungía no es el único que muestra preocupación por esa iniciativa. La presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos, Brenda Valderrama Blanco, afirma que la mención específica y reiterada (en cinco ocasiones en la iniciativa) de la biotecnología moderna como un riesgo a la bioseguridad nacional, además de cuestionable, pudiera ser contraproducente.

En esas menciones se hace hincapié en que es necesario controlar y legislar "porque se presume como un área de riesgo, de daño potencial. Así, ¿quién va a seguir investigando, estudiando, invirtiendo su tiempo en la biotecnología cuando se le considera un área de riesgo para el país?"

La especialista propuso que en la reforma al artículo tercero constitucional también se incluya el derecho a la libertad de investigación, para blindar a la ciencia y la tecnología de intentos de reforma a otras disposiciones legales que pasen por alto a la comunidad científica.

López Mungía apuntó que la comunidad científica se encuentra consternada "ante la forma totalmente ajena al quehacer científico" en la que las iniciativas fueron presentadas y preparadas, "sin entrar al detalle de la infinidad de retrocesos que su articulado conlleva".

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