Nacional

ALDF, la que menos sesiona... y la más cara

Los cambios en 1997, la Asamblea costó 300 mdp a los capitalinos; para 2015-2016, se asignaron 2 mil mdp, sin embargo tiene poca productividad. 

CIUDAD DE MÉXICO.- La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) es el más caro de los congresos locales, la que menos sesiones tiene y con un partido (Morena) que ni siquiera trabaja en Comisiones. A los habitantes de la Ciudad de México les costó sostenerla, de 2002 a 2016, 20 mil 131.8 millones de pesos.

La tendencia a la alza presupuestal del órgano legislativo capitalino no fue la excepción el año pasado, cuando los diputados locales se autorizaron un presupuesto de mil 820 millones 457 mil 828 pesos, el más alto de cualquier poder Legislativo en todo el país.

El Congreso que le siguió en este orden fue el del Estado de México que, para el año anterior, contó con recursos por mil 535 millones 195 mil 543 pesos; posteriormente el de Jalisco, con 949 millones 513 mil 627 pesos, y el de Michoacán, con recursos por 803 millones de pesos.

Es decir que por esos casi 2 mil millones aprobados, cada diputado local le costó a los habitantes de la Ciudad de México 27 millones 582 mil 694 pesos el año pasado, y en el primer periodo de sesiones, apenas aprobaron 11 decretos.

De acuerdo con un análisis realizado por Integralia, cuyo titular es Luis Carlos Ugalde, tomando en cuenta el número de curules, la Legislatura de mayor tamaño es la del Estado de México, con 75 legisladores, le sigue la ALDF con 66. El Congreso de Baja California Sur es el que menos congresistas tiene, con apenas 21 escaños.

En cuanto a tiempo de productividad, la ALDF sólo tiene 151 días de trabajo en sus dos periodos ordinarios al año, la actividad más baja entre los 32 congresos locales, pues es la que menos días labora, seguida por el de Campeche, con 172 días, que se refieren a cinco meses y 20 días, y el de Veracruz, con 177 días al año, es decir, cinco meses y 25 días.

La ALDF también pierde, comparando su labor legislativa frente a la Cámara de Diputados, pues esta última sesiona en periodos ordinarios entre 195 y 211 días por cada año. En otras palabras, los asambleístas tienen entre 30 y 40 por ciento menos tiempo que los legisladores federales para sesionar.

A pesar de ser tan cortos los tiempos para dictaminar, en el periodo ordinario que inició el pasado 17 de septiembre y concluyó el 21 de diciembre pasado, en ocho ocasiones fueron canceladas las sesiones por falta de quórum, seis a la mitad de los trabajos legislativos, y en dos ocasiones ni siquiera iniciaron por la inasistencia de los legisladores capitalinos.

También lee: