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Con un enfoque digital, Eunoya, la nueva opción a la escuela tradicional

Eunoya tiene inscritos a 32 jóvenes, la institución busca darle a los alumnos herramientas para su desarrollo profesional.

Rebeca Garza nunca estuvo de acuerdo con el sistema educativo en México. No entendía por qué sus maestros la etiquetaban, ni por qué estudiaba cosas que no iba a usar una vez que se graduara.

Ahora cuenta que eso la obligó a buscar su propio camino, salirse de la caja –como ella le llama– y no entrar a preparatoria, sino hacer una carrera técnica y empezar a trabajar cuando tenía sólo 17 años.

Por un tiempo fue recepcionista en una cadena de agencia de viajes, donde “aprendí a hacer un contrato, a responsabilizarme de mi palabra y que mi palabra tiene un valor. A mí me dijo mi jefe ‘no puede renunciar’, y para mí esas palabras fue como… o sea no me puedo salir antes”.

Rebeca sostiene que esto la ayudó a madurar, a hacerse responsable de sus propias cuentas y a independizarse cuando tenía 18 años.

Tiempo después, cumplió su sueño. “Yo toda la vida había querido estudiar educación”, por lo que se metió a trabajar en un preescolar, donde uno de sus trabajos era enseñarle las letras a los alumnos para que al siguiente año pudieran aprender a leer.

Así empezó su carrera en la docencia, que ahora cumple 10 años. Ahí también empezó a desarrollar una estrategia para romper con las clases tradicionales que tanto trabajo le costaron.


Una de las primeras cosas que buscó fue tratar de identificar las habilidades de sus pequeños alumnos, que algunos eran más visuales, otros auditivos y hasta sensoriales.

“Yo veía que todos éramos diferentes y yo decía ‘voy a entrar en ti y me voy a comunicar contigo de diferente manera’, y eso fue lo que empecé a implementar con mis niños, y lo que sucedió fue que mis niños salían leyendo ya adelantados”, relata.

Años después, ya que sus dos hijos habían crecido, identificó el mismo descontento que sentía ella cuando tenía su edad. Las ganas de evitar que ellos tuvieran que pasar por lo mismo, la llevaron a fundar Eunoya, una escuela que busca enseñar materias diferentes, y, sobre todo, que se sale de la estructura tradicional.

“Enseñamos aquí marketing, tecnología digital, cómo cuidarte en las redes sociales, lo más importante para mí pensando yo que lo necesitaban todos estos jóvenes”, narra Rebeca.

Este esfuerzo empezó en 2021, en plena pandemia de covid-19, con 11 alumnos. Ahora, tres años después, hay 32 jóvenes inscritos en la institución, donde 55 coaches imparten diferentes talleres que buscan darles a los alumnos herramientas para su desarrollo.

En esta escuela no hay calificaciones, o por lo menos no las tradicionales. “Nosotros nos basamos en el esfuerzo, en porcentaje; cuál fue tu esfuerzo que diste para este taller, nada, medio o alto”, explica Rebeca.

Además, también tienen alianzas con otras empresas con las que colaboran los alumnos. De esta manera, se empiezan a perfilar hacia donde ellos quieren seguir su camino en la vida.

Viendo hacia el futuro, Rebeca ya está implementando su propia universidad, o multiversidad, como ella le llama.

“Mis alumnos me dicen que no quieren regresar a lo tradicional, entonces hicimos este pasado semestre una prueba piloto y nos encantó. Es un programa muy padre, donde ellos ya se convierten en estos empresarios que ya están muy enfocados en lo que van a hacer”, comenta.

En esta multiversidad, la idea es seguir mezclando la experiencia laboral con talleres con los que buscan que los alumnos sigan desarrollando las habilidades que necesitan en su trabajo.

Rebeca cuenta su historia feliz, a pesar de los retos que ha vivido, pero lo resume todo en una frase: “yo ya entendí que esta es mi misión de vida”.

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