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¿Cuál fue el papel de Ignacio Zaragoza en la Batalla de Puebla?

Fue el general Ignacio Zaragoza, un militar liberal nacido en Bahía del Espíritu Santo, en Texas, quien estuvo a cargo de estas tropas cuando la invasión se perpetuaba.

General Ignacio Zaragoza.

El 5 de mayo de 1862, el Ejército de Oriente derrotó a las fuerzas francesas lideradas por Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez, a las afueras de Puebla.

Fue el general Ignacio Zaragoza, un militar liberal nacido en Bahía del Espíritu Santo, en Texas, quien estuvo a cargo de estas tropas cuando la invasión se perpetuaba “con el pretexto de cumplir con la Convención de Londres”, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

Luego de que Juárez anunciara que no pagaría la deuda externa en 1861, se ordenó crear al Ejército de Oriente, que fue puesto bajo el mando del general José López Uraga, pero debido a su desempeño deficiente en el mando, fue destituido y en su lugar se designó a Zaragoza, quien dejó el Ministerio de Guerra y se dirigió a Puebla para organizar la oposición al avance francés.

Los franceses exigían el pago de la deuda extranjera, y su famoso ejército avanzó sobre Puebla para dirigirse hacia la Ciudad de México. Aquel 5 de mayo atacaron los fuertes de Loreto y Guadalupe. Tres veces fueron las que intentaron tomar las fortalezas, y tres veces fueron las que fallaron, señala el Instituto.

En los días previo a la Batalla de Puebla, Zaragoza no buscó cortarle el paso a los invasores, sino que optó por ‘foguear’ a sus soldados, faltos de experiencia y organización, y al mismo tiempo causarle el máximo de pérdidas al enemigo.

En la Batalla de Las Cumbres murieron 500 franceses, mientras las bajas mexicanas ascendieron sólo a 50.

Durante el avance de los ejércitos, Zaragoza mantuvo comunicación directa con el presidente Benito Juárez vía telégrafo y la prensa de la capital publicaba casi de inmediato los mensajes que enviaba el general sobre lo sucedido ese día en Puebla.

Estos son algunos de los informes a lo largo de aquella jornada:

“Dos horas y media nos hemos batido. El enemigo ha arrojado multitud de granadas. Sus columnas sobre el cerro de Loreto y Guadalupe han sido rechazadas y seguramente atacó con 4,000 hombres. Todo su impulso fue sobre el cerro. En este momento se retiran las columnas y nuestras fuerzas avanzan sobre ellas. Comienza un fuerte aguacero.

“A las cuatro de la tarde comenzó su retirada el enemigo y en este momento la acaban de emprender”.

“Las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria; el enemigo ha hecho esfuerzos supremos por apoderarse del Cerro de Guadalupe, que atacó por el oriente a derecha e izquierda durante tres horas”.

“A las siete horas tres minutos de la noche. Señor presidente: Estoy muy contento con el comportamiento de mis generales y soldados. Todos se han portada bien. Los franceses han llevado una lección muy severa (...) Deseo que nuestra querida patria, hoy tan desgraciada, sea feliz y respetada de todas las naciones”.

La victoria del ejército mexicano causó gran revuelo en todo el territorio nacional, y el 19 de mayo de ese año, el Congreso de la Unión expidió un decreto concediendo una condecoración a los soldados que combatieron en la batalla.

Después de derrotar a las fuerzas francesas, Ignacio Zaragoza visitó brevemente la Ciudad de México, donde fue aclamado por el público y el Gobierno de Benito Juárez.


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