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Una raíz alucinógena que combate la adicción a opioides se 'cuela' en Davos

La abogaína comenzará a ser probada por Atai para tratar la drogadicción, en un contexto en el que existe una epidemia de opioides en Estados Unidos.

La audiencia multimillonaria del Foro Económico Mundial en Davos se tomó un descanso sobre el debate del cambio climático para escuchar la historia de una compañía que desarrolla un medicamento alucinógeno.

La fascinación no radica en su uso recreativo, sino en su potencial como tratamiento para la adicción a los opioides que ha provocado la muerte de cientos de miles de personas en Estados Unidos. Tomando como modelo el extracto de raíz de un arbusto africano pronto será probado por Atai Life Sciences, una compañía que estudia otros productos naturales, como setas mágicas para tratar la depresión.

Atai, respaldada por el inversor multimillonario Peter Thiel y su socio DemeRx, se están preparando para una prueba de etapa intermedia de una forma sintética de la sustancia, llamada ibogaína, para el tratamiento de la drogadicción.

El interés en tales terapias es alto ante una epidemia de opioides que está arrasando Estados Unidos, dijo el fundador de la firma alemana Christian Angermayer en la estación de esquí suiza.

"En algunos círculos, los psicodélicos todavía están asociados con un escape del mundo real y la extravagancia irresponsable", comentó Thiel en un correo electrónico. "Con estudios controlados por la FDA, llegaremos a ver que su uso más poderoso lleva salud mental y cordura sobria a las personas en un entorno médico".

Los investigadores y los médicos están buscando tratamientos para el abuso de sustancias que no sean adictivos. A diferencia de la metadona, un sustituto y, por lo tanto, también un opioide, la ibogaína a menudo se conoce como un interruptor de la adicción que parece restablecer la química del cerebro involucrada en la dependencia.

El uso de ibogaína se remonta a una antigua ceremonia que marcaba la entrada de los hombres jóvenes a la edad adulta en la tribu Bwiti de África occidental. Entre 1930 y 1960, el compuesto se comercializó como Lambarene en Francia, promocionando su eficacia como estimulante.

La sustancia ya se ha utilizado en algunas clínicas de rehabilitación de drogas para tratar la adicción severa. Los estudios realizados durante la última década indican que puede reducir la gravedad de la puntuación de abstinencia de opioides, en algunos casos de manera más eficaz que la metadona.

Los pacientes han descrito su experiencia como un viaje aleccionador que muestra las consecuencias negativas del abuso de drogas, según Deborah Mash, fundadora de DemeRx. El procedimiento requiere 24 horas de control clínico, añadió, ya que la ibogaína se ha relacionado con efectos secundarios del corazón.

Desde que una generación de analgésicos supuestamente más seguros, introducidos hace dos décadas, desencadenó una epidemia de opioides, las sobredosis han provocado la muerte de unos 400 mil estadounidenses, una cifra superior a las víctimas mortales del Ejército del país en la Segunda Guerra Mundial.

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