WASHINGTON.- Por primera vez en la contienda por la candidatura republicana a la Casa Blanca, y a pesar de seguir acumulando triunfos en las internas, Donald Trump reconoció ayer que la ruta de su campaña aún enfrenta varios obstáculos que debe trabajar. Además rechazó asumir la responsabilidad sobre el retiro de la contienda del exgobernador de Florida, Jeb Bush, y que pueda optar por una candidatura independiente.
En entrevistas por separado con varias de las principales televisoras de Estados Unidos, Trump adoptó por un discurso menos beligerante que en semanas recientes e incluso más condescendiente hacia sus restantes rivales. Cuestionado respecto a si considera tener ya en la mano la nominación después de su triunfo el sábado en Carolina del Sur, el magnate rechazó la premisa.
"Para nada. Me estoy enfrentando a gente talentosa, muy inteligente, excelentes políticos y Ben Carson aún se mantiene en la contienda, de manera que nunca doy por seguro las cosas", afirmó.
Incluso, a diferencia de Marco Rubio, quien terminó segundo en Carolina del Sur y declaró que la contienda republicana era ahora una lucha entre tres candidatos, Trump ofreció una lectura diferente.
"Creo que tengo una enorme ventaja, pero tenemos una carrera entre cinco hombres y no creo que vaya a ser fácil. Es una ruta larga para ser el número uno", dijo el magnate.
Prometió que empezará a actuar "de una manera más presidenciable", justificando su agresivo y extremo discurso como respuesta a la andanada de críticas de que ha sido objeto. Sobre la posibilidad de que pudiera contender como independiente como lo aludió en varias ocasiones anteriormente tras quejarse de maltrato del partido, dijo que honrará la promesa de mantenerse como republicano. "Yo firmé la promesa y soy republicano", dijo.