Para el candidato republicano, Donald Trump, las elecciones que ganó anoche para la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, estaban "totalmente amañadas".
"La única forma en que podemos perder en Pensilvania es si hay fraude. Tenemos que llamar a las fuerzas de orden, necesitamos tener a los alguaciles, los jefes de policía y todos mirando", dijo Trump el 12 de octubre.
"Estas elecciones están totalmente amañadas por Hillary La Mentirosa y por los medios de comunicación... pero también en muchos colegios electorales. ES TRISTE". Así de contundentes eran las declaraciones del magnate cuatro días después, el 16 de octubre, en su cuenta de Twitter.
Anoche –veintidós días después de esos señalamientos que desataron polémica y propiciaron una serie de interrogantes sobre la legitimidad de las instituciones de una de las democracias más antiguas y consolidadas del mundo: la estadounidense–, cuando se confirmaba su triunfo, el candidato republicano olvidó esas críticas.
Todavía este lunes, el político que ha sido catalogado como un peligro para el mundo por su intolerancia y sus planteamientos xenófobos, cuestionó nuevamente la legitimidad del proceso, presentando una denuncia en el condado de Clark, en Nevada, pues aseguró que se permitió votar a algunas personas cuando ya se había agotado el plazo para hacerlo.
Ante esa acusación, la magistrada Gloria Sturman, del condado de Clark, rechazó la denuncia y la petición de retener votos adelantados, como pedía la campaña de Trump.
"No voy a exponer a la gente que está cumpliendo su deber cívico para ayudar a la gente a votar... a la atención pública, al ridículo y al acoso. No lo voy hacer ", sentenció Sturman ayer.
No obstante, aún ayer el magnate insistía en la posibilidad de fraude. "Vamos a ver cómo las cosas se desarrollan hoy. Con suerte, todo se desarrollará bien y con suerte no nos tendremos que preocupar por ello, lo que significa que con suerte que nosotros ganaremos (…) Quiero ver que todo es honesto", dijo Trump en entrevista televisiva con Fox.
Y fue más allá al asegurar que había "hay informes sobre problemas en las máquinas de votar que estarían cambiando los votos republicanos por demócratas".
Ya hacia la noche, cuando su triunfo parecía irreversible, cuando ya prácticamente lo tenía en la bolsa, entonces las elecciones ya no eran amañadas; los colegios electorales ya no habían hecho trampa.
Al cierre de la edición, pasada la medianoche, a las 12: 35 de este miércoles, Trump tenía 264 votos electorales contra 215 de Hillary. Esos eran los resultados que arrojaban los colegios electorales, aquellos que fueron descalificados por el empresario neoyorquino.