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Terror en Sri Lanka no cesa: nueva explosión y hallan 87 detonadores

La explosión ocurrió cuando la policía intentaba desactivar una bomba en los alrededores de una iglesia católica; el artefacto estaba en una camioneta.

COLOMBO.- Cuando parecía que lo peor había pasado, una nueva explosión sacudió Sri Lanka ayer, un día después de que una ola de atentados en hoteles e iglesias, en Colombo, dejó 290 personas muertas y 500 heridas.

La explosión ocurrió cuando la policía intentaba desactivar una bomba en los alrededores de una iglesia católica. El artefacto estaba en una camioneta, estacionada a 50 metros del Santuario de San Antonio, una de las tres iglesias atacadas.

Además, la policía halló 87 detonadores en la estación de autobuses privada Bastian Mawatha de Pettah, ubicada en barrio cercano a la zona donde fueron los ataques.

Ayer, el ministro de Salud, Rajitha Senaratne, admitió que las autoridades de Sri Lanka no atendieron las advertencias de agencias de inteligencia sobre la amenaza de un ataque terrorista de un grupo islámico radical al que atribuyen los ataques del domingo de Pascua.

Aunque aún no han sido reivindicadas, las explosiones coordinadas que golpearon iglesias y hoteles de lujo habrían sido obra de atacantes suicidas de un grupo esrilanqués llamado National Thowfeek Jamaath, explicó el ministro.

Agencias internacionales de inteligencia habían alertado varias veces, desde el 4 de abril, dijo Senaratne. El 9 de abril, el Ministerio de Defensa escribió al jefe de policía con información que incluía el nombre del grupo, señaló. El 11 de abril, la policía escribió a los responsables de la división de seguridad judicial y diplomática.

En un primer momento no estaba claro qué medidas, en su caso, se habían tomado al respecto. Las autoridades dijeron que se sabía poco del grupo, salvo que su nombre aparecía en reportes de inteligencia.

Debido a la disfunción política en el gobierno, dijo Senaratne, el primer ministro, Ranil Wickremesinghe y su gobierno no fueron informados sobre las advertencias, hasta los ataques.

Las alertas sobre este grupo radical venían principalmente por ataques de sus miembros a estatuas budistas; sin embargo, el hecho de pasar de vandalizar estatuas a orquestar un ataque terrorista, hace pensar a las autoridades que este grupo local cuenta con el respaldo de una red internacional.

"No creemos que estos ataques se hayan llevado a cabo sólo por un grupo de personas de este país. Hubo una red internacional sin la cual estos atentados no se habrían producido", aseguró el portavoz.

Otros dos ministros aludieron a fallos de inteligencia. "Algunos agentes de inteligencia estaban al tanto de este incidente. Por lo tanto hubo un retraso en la acción. Deben tomarse medidas serias sobre por qué se ignoró este aviso", afirmó el ministro de Telecomunicaciones, Harin Fernando.

El ministro de Integración Nacional, Mano Ganeshan, dijo que agentes de seguridad de su ministerio habían sido alertados por su división de la posibilidad de que dos suicidas atacaran a políticos.

Estos señalamientos son investigados por el Departamento de Investigación Penal de la policía.

El cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, afirmó que los ataques podrían haberse evitado. "Nos llevamos las manos a la cabeza cuando supimos que estas muertes podrían haberse evitado. ¿Por qué no se impidió esto?", dijo.

El análisis de los restos de los cuerpos de los agresores dejó claro que eran suicidas, indicó antes Ariyananda Welianga, investigador forense. La mayoría de los ataques fueron obra de una persona, salvo el del hotel Shangri-La, de Colombo, donde se inmolaron dos personas.

Al menos 290 personas murieron y más de 500 resultaron heridas en los atentados, el episodio más violento en el país desde el fin de una devastadora guerra civil hace una década.

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