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Si el coronavirus está 'bajo control' en EU, ¿por qué están preocupados los funcionarios de salud?

La estrategia de limitar los viajes desde y hacia China, donde surgió el virus, funciona por el momento, pero los expertos creen que las restricciones de vuelos solo retrasarán unas semanas la inevitable propagación del virus.

Prohibir la entrada a Estados Unidos a los viajeros que hayan estado en China, es una cosa. Cerrarse ante el mundo es mucho más difícil.

Ese es el desafío que enfrentan las autoridades de salud estadounidenses, que han adoptado una política de contención agresiva para proteger a los estadounidenses del nuevo coronavirus. La administración de Trump ha reducido drásticamente los viajes hacia y desde China, impidiendo que la mayoría de los extranjeros que han estado en China en las últimas dos semanas ingresen a Estados Unidos y pidiendo a los estadounidenses que regresan de ese país que se aíslen en cuarentena.

Esa estrategia ha funcionado por el momento. Hay 15 casos de virus detectados y diagnosticados en Estados Unidos y otros 45 entre los estadounidenses repatriados desde un crucero infectado por el virus en Japón y en el centro del brote en China.

El virus ahora se ha extendido por seis continentes en menos de un mes, lo que significa que puede ser imposible detenerlo. Este miércoles por la noche, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses informaron que habían identificado a un primer paciente que no viajó a China ni tenía vínculos conocidos con un caso existente, una señal preocupante de que el virus está circulando en Estados Unidos, a pesar de las garantías de la administración de Trump de que ha sido contenido .

"Nada ha cambiado dentro de nuestro país, pero las cosas han cambiado tanto afuera que finalmente pueden tener un impacto aquí", dijo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, durante una entrevista televisiva este miércoles.

El coronavirus está firmemente establecido en Corea del Sur, con más de mil 200 casos, incluido un soldado estadounidense que vive allí. También se está extendiendo en Irán, donde han muerto 19 personas. Un brote ha florecido en el norte de Italia y amenaza con expandirse en Europa. Japón tiene al menos 164 casos. Y este miércoles, el primer caso sudamericano fue confirmado en Brasil.

Es probable que la administración imponga restricciones de viaje adicionales y cancele vuelos a la luz de los nuevos brotes, dijo una persona familiarizada con el asunto. Los funcionarios de la Casa Blanca están preocupados de que restricciones más estrictas puedan dañar la economía y que no evite que el virus se propague en Estados Unidos.

Las restricciones de viaje, o la amenaza de ellas, pueden ser contraproducentes y hacer que los países preocupados por las crisis económicas retrasen la notificación de casos o minimicen los brotes. Eso puede ayudar a que crezca una epidemia. Y las restricciones de viaje pueden crear una falsa sensación de seguridad mientras los países preparan instalaciones públicas críticas como hospitales y escuelas para una epidemia.

Catherine Worsnop, profesora asistente en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Maryland, ha estudiado los efectos de restringir los viajes de las personas en brotes pasados ​​y considera que la evidencia sobre sus efectos positivos es mínima y cuestionable. En el mejor de los casos, pueden retrasar una epidemia durante algunas semanas, y a un costo económico y social considerable, explica la experta.

Respuesta del Gobierno

El debate sobre la amenaza ha resultado en mensajes mixtos por parte de la administración de Trump. Funcionarios de salud de Estados Unidos advirtieron sobre los impactos sustanciales en la vida cotidiana en caso de un brote, mientras que Trump dijo este miércoles en Twitter que los canales de noticias por cable estaban pintando una imagen demasiado grave de la situación para que se viera mal.

Más de 4 mil 300 millones de pasajeros en todo el mundo viajaron a algún lugar en un avión en 2018, un aumento de 6.4 por ciento respecto al año anterior, según la Organización de Aviación Civil Internacional, una agencia de las Naciones Unidas. Mientras que Asia y el Pacífico representan el 35 por ciento de ese tráfico, Europa registra el 26 por ciento del total y Oriente Medio representa casi el 10 por ciento.

El gran volumen de personas que vacacionan, visitan a sus familias o realizan negocios hace que sea difícil contener un patógeno que usa a esas mismas personas para propagarse.

"Las posibilidades de que haya más importación del virus en Estados Unidos han aumentado de manera notable", dijo William Schaffner, profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt.

"Con la propagación del virus en esos países, eso solo significa que hay más oportunidades para que el virus, que no necesita pasaporte, se suba a esos aviones y venga a los Estados Unidos", consideró.

La naturaleza leve de la enfermedad hace que sea más fácil pasar desapercibida, expandiéndose silenciosamente por todo el mundo antes de ser notada cuando un paciente se enferma lo suficiente como para ser examinado y diagnosticado. Investigadores del Imperial College de Londres estimaron el 21 de febrero que dos tercios de los casos de coronavirus de China permanecieron sin ser detectados, lo que podría generar múltiples cadenas de transmisión oculta de persona a persona.

"Era inevitable que este coronavirus se propagara realmente", dijo en en una entrevista telefónica, Shruti Gohil, director médico asociado de epidemiología y prevención de infecciones en la Universidad de California, Irvine. "Contenerlo dentro de un solo país, no importa cuánto lo haya intentado China, no fue realista", expresó.

Consecuencias

La Organización Mundial de la Salud recomienda, contra las restricciones de viaje, detener el coronavirus. En 2014, los investigadores de la Universidad de Nottingham descubrieron que las restricciones de viaje solo tendrían una eficacia limitada para prevenir la propagación de la influenza, otro virus respiratorio. Descubrieron que incluso reducir el viaje aéreo en un 90 por ciento probablemente solo retrasaría la propagación de una epidemia en unas pocas semanas.

"No encontramos evidencia de que pudieran contener la influenza dentro de un área geográfica definida", dijeron los investigadores sobre las restricciones de viaje.

Dadas las similitudes entre la gripe y el nuevo coronavirus, es improbable que un cordón geográfico detenga por completo la propagación del virus.

"La evidencia de que las restricciones detienen la propagación es mínima ", dijo Worsnop, investigador de la Universidad de Maryland, en una entrevista. Las posibles consecuencias económicas de las restricciones de viaje "pueden disuadir a los países de informar casos y ser transparentes".

Su investigación ha encontrado que las prohibiciones de viaje son una manera fácil para que los políticos demuestren que se están volviendo agresivos contra un nuevo flagelo. Los "incentivos políticos internos" impulsan a los gobiernos a hacerlo, detalla.

"Las medidas de salud pública que funcionan no son tan tranquilizadoras como decir: 'Hola, voy a cerrar la frontera'", agregó Worsnop.

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