CIUDAD DEL VATICANO. En la fiesta de los Reyes Magos, el Papa recordó que ignoraron el esplendor del poder y decidieron seguir su búsqueda de "la luz" manifestada en un niño nacido no "en la potencia de este mundo" sino en la "humildad del amor".
En el sermón de la misa en la Basílica de San Pedro, con motivo de la Epifanía, Francisco reflexionó sobre el camino de los sabios de Oriente para encontrar a Jesús, no obstante los problemas y las tentaciones.
"Según la tradición, los magos eran hombres sabios, estudiosos de los astros, escrutadores del cielo, en un contexto cultural y de creencias que atribuía a las estrellas un significado y un influjo sobre las vicisitudes humanas", indicó.
"Los magos representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las religiones y filosofías del mundo entero, una búsqueda que no acaba nunca", agregó.
Reconoció que, en su sendero, los reyes encontraron muchas dificultades, como cuando se dirigieron al palacio de Herodes el cual, a instancias del diablo, los quiso engañar.
Herodes tenía interés en el niño pero no para adorarlo sino para eliminarlo, porque era un hombre de poder que sólo puede ver en el otro a un rival y considera a Dios como "el rival más peligroso".
Para el pontífice, en su palacio los magos atravesaron "un momento de oscuridad" y "de desolación" que lograron superar retomando el camino indicado por la estrella hasta que llegaron a Belén, donde encontraron al niño.
Allí, añadió, ellos sufrieron otra tentación: El "rechazar la pequeñez" de Dios. En cambio, cayeron de rodillas y lo adoraron, ofreciéndole sus dones preciosos y simbólicos.
"De ese modo, los magos son modelos de conversión a la verdadera fe porque han dado más crédito a la bondad de Dios que al aparente esplendor del poder", afirmó.
Cuestionó "¿dónde se esconde Dios?" mientras en el mundo existen guerras, explotación de los niños, torturas, tráfico de armas, trata de personas. "Jesús está en todas estas realidades, en todos estos hermanos y hermanas más pequeños que sufren tales situaciones", aclaró.
Para el Papa el "camino del pesebre" es distinto al que anhela "la mentalidad mundana" porque es el camino de quienes sufren. Precisó que los reyes entraron en ese misterio superando los cálculos humanos.
"Que encontremos el valor de liberarnos de nuestras ilusiones, de nuestras presunciones, de nuestras 'luces', y que busquemos este valor en la humildad de la fe y así encontremos la Luz, como han hecho los santos magos", deseó.