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Raúl Castro inaugura congreso de los comunistas cubanos

El presidente cubano, Raúl Castro, inauguró el séptimo congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba, en donde dijo que EU sigue aspirando al fin de la revolución cubana y que como en medio siglo no lo lograron quieren recurrir a "otros métodos más difíciles de combatir".

El presidente Raúl Castro afirmó hoy que pese al deshielo con Estados Unidos, el gobierno de ese país sigue aspirando al fin de la revolución cubana, mediante "métodos más difíciles de combatir" que la tradicional política de confrontación seguida durante la Guerra Fría.

"Ellos quieren ajustar el mundo a su conveniencia" y como medio siglo de bloqueo al país no les dio resultado, ahora quieren recurrir "a otros métodos más difíciles de combatir", dijo Castro, aunque proclamó que continuará el diálogo con Washington.

Saliéndose del discurso escrito, de alrededor de dos horas cuarenta minutos, con el cual inauguró en La Habana el séptimo congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (Pcc), Castro reiteró además que en 2018 entregará la jefatura del gobierno y del Estado.


Anunció igualmente "la edad de 60 años como máximo" para ocupar los cargos principales de dirección política en el país, cambio que comenzará a implementarse a partir de este cónclave, que el martes elegirá a la dirección del partido. Se espera que Castro sea ratificado como su primer secretario hasta 2021.

Este séptimo congreso abre una "etapa de transición", que incluirá cambios a la Constitución tras la realización de un referendo, puntualizó, en referencia a los dirigentes que sucederán en el poder al llamado "liderazgo histórico" de la revolución, con más de 80 años como edad promedio.

"Las relaciones con Estados Unidos han representado históricamente un desafío para Cuba (…) y serán un reto, en especial para los jóvenes continuadores de la revolución", advirtió.

Asimismo proclamó el mantenimiento del sistema de partido único en el país porque, dijo, "si logran fragmentarnos sería el comienzo del fin"
del socialismo en Cuba. En ese sentido admitió haber discutido el tema con altos cargos estadounidenses a los que no identificó.

Castro defendió igualmente la continuidad de los cambios económicos iniciados bajo su mando en 2008, sobre la base de mantener la propiedad pública como centro, al tiempo que se desarrollan los sectores cooperativo y privado, y dijo que en el país no habrá regreso al capitalismo.

"Las cooperativas y la micro empresas privadas", surgidas al calor de los cambios, "no son contrarrevolucionarias", puntualizó el mandatario
al reconocer que hay fuerzas en contra de las reformas en curso, que hacen más compleja su instrumentación.

En ese sentido se refirió al "lastre de una mentalidad obsoleta (…) que tiene desconfianza en el futuro", en lo que pareció una referencia a
sectores que abogan por el mantenimiento de la estatificación casi absoluta del país que imperó durante el último medio siglo, como copia del sistema de socialismo vigente en la desaparecida Unión Soviética.
Denunció también "las aspiraciones enmascaradas" de quienes en su opinión buscan utilizar los cambios económicos para dar un viraje
hacia la sociedad de consumo.

Castro defendió además la tesis de que la economía planificada no está reñida con el libre mercado, y en ese sentido apuntó las
experiencias de China y Vietnam.

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