Artur Mas, presidente de la comunidad autónoma española de Cataluña, convocó el viernes al referéndum independentista de esa región para el 9 de noviembre, aunque se espera que hoy, tras una reunión de su gabinete, el titular del Gobierno central de Madrid, Mariano Rajoy, anunciará que la medida será objetada ante el Tribunal Constitucional, lo que suspendería indefinidamente la realización de la consulta.
Después de la derrota de los independentistas escoceses hace dos semanas, las perspectivas del movimiento de secesión en Cataluña lucen poco favorables, a pesar de que el Parlamento de Barcelona aprobó el proyecto de ley que utilizó el conservador Mas para convocar a la consulta no vinculante sobre la separación.
Para especialistas entrevistados por El Financiero, como Germán Martínez Martínez, del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, aunque la situación de Cataluña es diferente a la de Escocia, donde el referéndum fue acordado por el premier británico, David Cameron y su par regional, Alex Salmond, el gran error de Rajoy sería interpretar el "no" en Edimburgo como aval del inmovilismo, cuando debe buscar propuestas para superar el conflicto.
"Cataluña lleva años formulando alternativas al divorcio de España, por lo que será interesante esperar si Rajoy y la otra gran colectividad política, el Partido Socialista Obrero Español, finalmente optan por la tercera vía, aún cuando la Constitución no prevé ese mecanismo", dijo.
Lorena Ruano, directora de la División de Estudios Internacionales del CIDE, afirmó que la derrota del secesionismo en Escocia "desinfla" el desafío catalán, aunque alienta a los vascos, conscientes de que tras el fin de la violencia de ETA en 2011 el independentismo se reforzó en su comunidad con el triunfo en 2012 del Partido Nacionalista Vasco.
"El panorama para Cataluña difícilmente puede ser otro que elecciones anticipadas, porque apenas Mas publique el decreto de convocatoria, se pondrá en marcha la respuesta de Madrid y suspendida la consulta, no quedarían más que votaciones regionales que pueden servir como indicador del fervor soberanista, a pesar de que eso implicaría que el partido de Mas, Convergencia i Unió, las perdiera, abriendo la puerta a Esquerra Republicana y su líder Oriol Junquera, que darían otra dinámica al impulso soberanista, incluso con la desobediencia civil", explicó Ruano.