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Funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresaron su consternación por la decapitación de la joven inmigrante cingalesa Rizana Nafeek en Arabia Saudita, encontrada culpable de causar la muerte de un bebé que estaba a su cargo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó su preocupación por los reportes sobre las irregularidades en la detención y el juicio de Nafeek, así como por el incremento en el uso de la pena capital en Arabia Saudita.
Insistió en la aplicación del derecho internacional humanitario, incluyendo un juicio justo, para todos los hombres y mujeres en Arabia Saudita, independientemente de su estatus migratorio o de su nacionalidad.
Destacó que las mujeres no tienen igual acceso a la justicia en Arabia Saudita, y que esta desventaja es aún más pronunciada en el caso de mujeres inmigrantes.
Nafeek emigró de Sri Lanka a Arabia Saudita en 2005, siendo menor de edad, con el fin de trabajar como empleada doméstica.
Una semana más tarde de su arribo fue acusada del asesinato del bebé de sus empleadores, y condenada a muerte por decapitación, pena que se aplicó el miércoles.
El portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, señaló su preocupación sobre los informes de irregularidades en la detención y juicio de la joven.
"Las irregularidades incluyen el hecho de que Nafeek no fue asistida por un abogado en las fases claves de los interrogatorios y el proceso, además de que el acceso a un intérprete fue escaso y de que fue agredida y obligada a firmar una confesión", indicó Colville.
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