Mientas la tragedia de los migrantes en el Mediterráneo cobraba la vida de 25 víctimas más, entre ellos diez niños, al naufragar su barcaza en la isla griega de Samos, cerca de Turquía, los gobierno de Alemania y Suecia aceleraron la expulsión de los que han llegado a sus países, desatando a Estocolmo que programa la deportación este año de entre 60 mil y 80 mil personas.
La Guardia Costera griega confirmó que once cuerpos siguen desaparecidos, tras el accidente de la embarcación de madera, que se hundió por sobrepeso, ya que iban entre 45 y 50 migrantes, muchos de ellos niños, provenientes en su mayoría de Siria, Irak y Afganistán.
Europa afronta desde el verano pasado una crisis migratoria y Grecia es el principal punto de entrada para los refugiados que huyen de las guerras.
Ante la imposibilidad del gobierno griego de frenar el paso de migrantes, la Unión Europea (UE), lo amenazó con aislarlo por dos años si no controla sus fronteras,por donde han pasado más de 45 mil 300 migrantes, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En tanto, el gobierno de Alemania quiere acelerar las expulsiones de los migrantes sin estatus de refugiado y dificultar la reagrupación familiar, lo que afectaría principalmente a marroquíes, argelinos y tunecinos. Presuntamente implicados en las agresiones sexuales de fin de Año en Colonia.
En Suecia, el ministro del Interior, Anders Ygeman, informó que de las 163 mil solicitudes de asilo recibidas en 2015, se han tramitado 58 mil 802, de las que el 55 por ciento fueron aceptadas. Por lo que, dijo, 60 mil y 80 mil serán deportados.