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Manifestantes y policías desatan nuevos enfrentamientos en Chile; suman 11 muertos

También se decretó un nuevo toque de queda desde las 20:00 horas de este lunes y hasta las 6:00 de la mañana del martes además de que se suspendieron clases y algunos optaron por trabajar vía remota.

La que comenzó como una marcha de estudiantes y grupos sindicales volvió a convertirse este lunes, en Santiago de Chile, en un campo de batalla.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos informó este lunes que desde el inicio del estallido social en Chile, hace cuatro días, mil 333 personas fueron detenidas y 37 personas fueron heridas por armas de fuego.

Policías reprimieron con gases lacrimógenos las protestas que comenzaron por un alza de tarifas en el subterráneo, y que hasta ahora han dejado 11 muertos.

Imágenes de televisión mostraron el avance los camiones lanza agua de los carabineros (policía) avanzando por las calles del centro de Santiago, ciudad en la que viven siete de los 18 millones de habitantes del país.

También aparecen, en las imágenes, uniformados que arrojan gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y de fondo se escuchan detonaciones. Un fotógrafo de The Associated Press constató que al menos una persona resultó herida en los enfrentamientos.

En la Plaza Italia, el principal punto de manifestación, miles de personas que resistieron la represión policial volvieron a reagruparse y protagonizaron una gigantesca protesta que más allá de las demandas de los estudiantes para que se rebaje la tarifa del subterráneo ahora piden mejores salarios, rebajas en precios de medicamentos y mejores pensiones, entre otras exigencias.

Patricio Acosta, presidente de la Cruz Roja chilena, dijo que en el lugar atendieron a unas 100 personas, el 90 por ciento con heridas de balines de goma. "Nosotros nos vamos quedando... sin insumos médicos", afirmó.

El general de las fuerzas militares a cargo del orden público, Javier Iturriaga, decretó por tercer día consecutivo un toque de queda que se extenderá entre las 20:00 y las 06:00 horas del martes. La misma restricción se aplicará en cerca de una decena de ciudades del interior.

La presión social llevó al presidente Sebastián Piñera a anular el alza de 1.12 a 1.16 dólares en el subterráneo, decisión ratificada este lunes por el congreso. Se hará efectiva cuando el mandatario la firme y publique en la diario oficial, en los próximos días.

Por la mañana la gente hacía largas filas en los supermercados para abastecerse ante el temor de que se repitan los saqueos de tiendas del fin de semana, que paralizaron buena parte de las actividades en Santiago. El transporte público funcionaba con limitaciones.

"Hacemos un llamado a la ciudadanía para proveerse de lo estrictamente necesario y no sobreconsumir", exhortó en un mensaje televisivo Manuel Melero, presidente de la Cámara Nacional de Comercio. "Seamos prudentes en el consumo para no hacer colapsar el sistema".

Piñera dijo que el país está "en guerra" contra un enemigo poderoso.

Mientras, la expresidenta chilena y actual Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió a todas las partes dialogar y que las protestas sean pacíficas.

"Estoy muy preocupada y triste de ver la violencia, la destrucción, los muertos y los lesionados en Chile en los últimos cinco días", dijo Bachelet, mediante un comunicado. "Es esencial que todos los actos que han provocado lesiones y muerte, tanto por parte de las autoridades como de los manifestantes, sean sometidos a investigaciones independientes, imparciales y transparentes."

Las manifestaciones comenzaron la semana pasada cuando el gobierno anunció el alza en el subterráneo. Los estudiantes fueron los primeros en protestar, pero las manifestaciones rápidamente se extendieron a otros sectores y se tornaron violentas al grado de incendiar tiendas y los mismos trenes del metro.

La cifra de muertos por los disturbios generados tras las protestas es de 11 hasta este lunes, informó el ministro del Interior, Andrés Chadwick, que precisó que 10 fallecieron calcinados y uno fue baleado por militares.

Las protestas llevaron a suspender las operaciones de buena parte del Metro y el gobierno reforzó con 465 autobuses del transporte público.

Los ataques al subterráneo dañaron 85 estaciones, el 85 por ciento de la red que diariamente transporta a 2.4 millones de personas y que el lunes tenía funcionando parcialmente una de seis de sus líneas. Las otras cinco tardarán semanas o meses en ser restablecidas.

También se suspendieron las clases para más de dos millones de estudiantes y miles de personas trabajaban desde sus casas o vieron suspendidas sus jornadas laborales.

Para Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, el descontento se venía acumulando desde 2010. "El tema de los últimos cuatro gobiernos es que no han logrado... producir garantías sociales, sino una cantidad de políticas públicas con subsidios, que no son lo equivalente a las garantías sociales: la garantía de educación, de salud, de pensiones, de un trabajo digno".

Giorgio Agostini, psicólogo clínico y social, dijo a AP que en las últimas horas recibió llamados de "pacientes angustiados".

Consideró que detrás de la actual crisis se esconden grupos anarquistas que movilizan a muchos a través de las redes sociales "para generar molestias, revueltas" y que los más susceptibles a seguirlos son jóvenes con privaciones y familias disfuncionales que además atraviesan problemas reales como la fuerte desigualdad económica y social de Chile, con bajos salarios, remedios caros y mala educación.

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