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La nave de la UE atraviesa aguas llenas de misterio

La decisión tomada ayer por Gracia deja coloca al país al borde del colapso económicoa y a la cúpula de la Unión Europea ante una de las mayores crisis de confianza de su historia.

Como en las grandes tragedias de la literatura ––alguien señalaba que a los helenos, descendientes de los míticos aqueos, se les dio a escoger entre dos males, como los monstruos Caribdis y Escila–– la victoria de Alexis Tsipras lleva a la nave europea a surcar mares ignotos, en los que todo puede ocurrir esta semana.

Para empezar, debe resaltarse que contra los pronósticos (otra vez fallaron las encuestas, quizá porque son demasiado interesadas), la contundencia del triunfo del joven premier que todo lo apostó a las urnas implica un terremoto político que deja a la cúpula de la Unión Europea ante una de las mayores crisis de confianza de su historia, sin duda superior al "no" de Francia y Holanda en 2005, también en referéndum, contra el Tratado de Lisboa que sentaría las bases de una Constitución supranacional, pero también coloca a Grecia al borde del colapso económico y de su salida (o expulsión) de la moneda que debía cimentar, para sus creadores, una unión tan sólida que ni siquiera pensaron en los mecanismos adecuados para enfrentar esta situación.

De manera abierta, las dos posturas que se enfrentarán son las de Jeroen Dijsselbloem, presidente de la Eurozona, quien tachó de "lamentable" el resultado, y de Pablo Iglesias, líder de Podemos en España, quien subrayó que "en Grecia ha ganado la democracia".

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