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Kim Jong Un aceptaría ampliar diálogo con Seúl

El llamado de Kim para mejorar las relaciones entre las dos Coreas se produce en un momento en que Pyongyang enfrenta críticas sobre sus registros de derechos humanos.


PYONGYANG, Corea del Norte.- El líder norcoreano Kim Jong Un dijo en su discurso de Año Nuevo este jueves que está abierto a la posibilidad de más conversaciones o incluso a la celebración de una cumbre con su contraparte surcoreana, una afirmación que fue bien recibida por Seúl, que a su vez instó a su vecino a dar pasos concretos hacia la normalización de sus relaciones.

El llamado de Kim para mejorar las relaciones entre las dos Coreas se produce en un momento en que Pyongyang enfrenta críticas sobre sus registros de derechos humanos y tensó más sus lazos con Estados Unidos por las acusaciones de que estuvo detrás del ciberataque masivo a Sony Pictures en relación con "The Interview", una comedia negra que trata un intento de asesinar a Kim.

Corea del Norte ha negado cualquier implicación, pero dijo que el ciberataque fue una "acción honesta" y sugirió que podría haber sido llevado a cabo por simpatizantes o partidarios del hermético país en el extranjero.

"Creemos que podemos reanudar las conversaciones de alto nivel suspendidas y mantener otro diálogo sobre temas específicos si Corea del Sur tiene una posición sincera sobre su intención de mejorar las relaciones norte-sur a través del diálogo", dijo Kim en un discurso transmitido por la televisión nacional. "Y no hay razón para no mantener conversaciones al más alto nivel si se dan la atmósfera y condiciones para ello".

Cumplir estas condiciones ha resultado ser prácticamente imposible en el pasado. Los dos países no celebran una cumbre bilateral desde 2007 y, a pesar de las declaraciones de Kim, la probabilidad de que esto vuelva a ocurrir pronto es muy baja por la profunda desconfianza que queda entre los dos países.

Algunos expertos en el Sur, sin embargo, acogieron con cautela la posibilidad de un aumento de las conversaciones a un nivel inferior.

"Las hostilidades el Sur y Norcorea se harían más profundas (...) si no logran mejorar sus lazos políticos y aliviar la tensión militar en cumbre de este año", dijo Cheong Seong-chang del centro de estudios privado Instituto Sejong.

Funcionarios surcoreanos dicen que en esencia están abiertos a cualquier tipo de conversaciones. Seúl está a la espera de que su vecino responda a una propuesta anterior para mantener conversaciones de este mes para discutir una serie de cuestiones necesarias para prepararse para la unificación y otros asuntos de interés mutuo. Corea del Sur hizo la propuesta a principios de esta semana.

"Si Corea del Norte tiene de verdad voluntad para mejorar las relaciones sur-norte a través del diálogo, esperamos que (Norcorea) responda rápido y positivamente a nuestra propuesta de conversaciones", dijo el Ministerio de Unificación de Corea del Sur en un comunicado.

Kim señaló que este año es especialmente significativo porque se celebra el 70 aniversario de la liberación de Corea del dominio colonial japonés. Ambas partes señalan la reunificación como un objetivo fundamental, pero sigue habiendo un abismo sobre cómo debería realizarse y qué forma de gobierno debería imperar en una península unificada.

Sobre política nacional, Kim indicó que se mantendrá fiel a la vieja política de "Ejército Primero" y sugirió que perseguiría políticas científicas, tecnológicas y económicas encaminadas a mejorar el nivel de vida de la empobrecida nación.

Pero también repitió acusaciones familiares de que el Sur y Estados Unidos son los culpables de las tensiones en la península coreana.

Kim dijo que Corea del Sur debe abandonar todas las conspiraciones para provocar guerras y trabajar para fomentar la paz, y que Washington debe iniciar un cambio de política, abandonando su "política hostil" e "imprudentes complots de invasión " de Norcorea.

El discurso de 30 minutos es el tercero que Kim pronuncia en Año Nuevo y el primer desde que terminó el tradicional duelo de tres años por la muerte de su padre, Kim Jong Il, en 2011. Algunos analistas creen que con el fin del periodo de duelo, Kim impulsará políticas que reflejen de manera más fiel sus prioridades personales.

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