LIMA.- El próximo domingo Pedro Pablo Kuczynski, candidato presidencial de Peruanos por el Kambio (PPK), y Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular, disputarán la presidencia de Perú en segunda vuelta.
La paridad o empate técnico entre los dos contendientes que las encuestas sugirieron desde un primer momento parece, sin embargo, haberse roto al tiempo de culminar la campaña y silenciarse los debates.
Los números sugieren ahora que Fujimori podría ser la ganadora y que Kuczynski, un veterano de Wall Street , terminaría siendo derrotado, con una diferencia del orden de unos cinco o seis puntos, a favor de la primera. Sin embargo, todavía hay un 5 por ciento de los votantes que se manifiestan indecisos.
En la historia de las elecciones peruanas nada está dicho, pues la última semana, e incluso el día en que se debe votar, han registrado verdaderas sorpresas, como ejemplo, en la última semana de los comicios presidenciales del 2011, la propia Keiko Fujimori aventajaba al presidente Ollanta Humala por casi dos puntos y terminó siendo derrotada.
Dos encuestas publicadas ayer mostraron que la ventaja entre ambos se acortó, pero Fujimori sigue arriba con un 52.1 por ciento y un 51.6 por ciento, según Datum y CPI, respectivamente. Kuczynski tiene un 47.9 por ciento y un 48.4 por ciento, de acuerdo a las mismas encuestadoras.
Dieciséis años después de que Alberto Fujimori -envuelto en escándalos de corrupción y acusaciones de haber violado los derechos humanos de algunos de sus connacionales, por lo que continúa preso, cumpliendo una sentencia de 25 años- renunciara a la presidencia de Perú (por fax, desde Japón) su tenaz hija, a los 41 años, puede de pronto convertirse en la primera mujer que conduzca al ascendente país.
Pese a la artillería verbal entre los candidatos, los mercados financieros se han mantenido sin sobresaltos y solo ven diferencias sutiles en sus planes económicos.
Quien fuera que gane, se encontrará con un Congreso unicameral donde el partido de Fujimori tiene una mayoría absoluta y tendrá que lidiar con la herencia que deja Humala, un militar retirado que perdió popularidad.