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Huracán 'Iota' toca tierra en Nicaragua y se debilita a categoría 2

El meteoro está provocando fuertes lluvias y estragos en la zona. Te damos los detalles.

El huracán Iota llegó a Centroamérica el lunes por la noche con fuertes vientos y lluvia, amenazando con paralizar una región que recién se estaba recuperando de una devastadora tormenta ocurrida hace dos semanas.

Iota, la tormenta atlántica más poderosa en una temporada récord, tocó tierra a lo largo de la costa noreste de Nicaragua como huracán de categoría 4 y avanza hacia el oeste con vientos de 169 kilómetros por hora.

Es probable que provoque peligrosos deslizamientos de tierra y una crisis humanitaria, solo semanas después de que el huracán Eta dejara más de 100 víctimas fatales y obligara a evacuar a decenas de miles de personas.

"Todavía es probable que ocurra una tormenta de 1 a 3 metros" en la costa de Nicaragua, señaló este martes el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos en una actualización publicada a las 4:00 horas de Nueva York. "Además de los destructivos vientos y la marejada ciclónica, existe la posibilidad de hasta 76 centímetros de lluvia".

Iota ahora es un huracán de categoría 2 y se pronostica un debilitamiento adicional para las próximas 36 horas a medida que avanza y se adentra al continente sobre el accidentado terreno de Nicaragua y Honduras.

Sin embargo, se esperan devastadoras inundaciones hasta el jueves en algunas partes de Centroamérica.

El presidente colombiano, Iván Duque Márquez, dijo que las autoridades perdieron contacto con la isla de Providencia, frente a Nicaragua. Señaló que el Ejército y la Armada del país estaban listos para organizar operaciones de rescate tan pronto como la tormenta haya pasado.

Iota es la trigésima tormenta con nombre en el Atlántico este año, un récord.

La hiperactiva temporada de huracanes forma parte de una serie de desastres naturales observados en 2020, como los devastadores incendios forestales que han afectado al oeste de Estados Unidos y una tormenta "derecho" que causó estragos desde Iowa hasta Indiana. Son una prueba más de que el clima de la Tierra está cambiando y que amenaza con provocar una devastación más generalizada.

"Estos fenómenos naturales nos hacen reflexionar sobre lo que está sucediendo, y nos hemos convertido en la región más vulnerable, producto de los efectos del cambio climático" debido a las grandes naciones industriales, declaró el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, en una reunión con el Banco Centroamericano de Integración Económica, pidiendo fondos verdes para el cambio climático.

Agregó que no es justo que sigan endeudados para reconstruir sus países y reparar los daños a la infraestructura y la agricultura.

Es la primera vez que el Atlántico produce en noviembre dos grandes huracanes, de categoría 3 o más fuertes, según un tuit de Phil Klotzbach, autor principal del pronóstico estacional de Colorado State University.

Iota alcanzó anteriormente la categoría 5, la primera tormenta que llega a ese nivel en esta época tan avanzada del año, indicó.

Además, podría generar problemas adicionales para los cultivos de café y azúcar en la región, que se vieron afectados por las fuertes lluvias e inundaciones de Eta hace dos semanas, precisó Don Keeney, meteorólogo de la firma de pronóstico comercial Maxar.

Honduras es el principal productor de café en la región, seguido de Guatemala, que es el mayor exportador de azúcar de caña en el área y proveedor global clave del edulcorante.

La actividad de los puertos de Guatemala ya se ha desacelerado debido a las fuertes lluvias y el actual patrón climático de La Niña en el Pacífico, e Iota "podría complicar" las cosas, afirmó Michael McDougall, director gerente de Paragon Global Markets, en una nota.

Miles de personas ya han sido evacuadas en Honduras y Nicaragua, y Guatemala está preparando kits de alimentos de emergencia.

Se han formado tantos sistemas este año, que el Centro Nacional de Huracanes de EU agotó todos los nombres de su lista oficial a mediados de septiembre y ha recurrido al alfabeto griego para designar los nuevos ciclones tropicales.

Con la colaboración de Andrea Jaramillo y Michael McDonald

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