El presidente francés Francois Hollande dijo este domingo que sería incomprensible si las huelgas del transporte que afectan a Francia interrumpen el torneo de fútbol Eurocopa 2016 que empieza el viernes en el país, aumentando la presión sobre el sindicato CGT para que ponga fin a la movilización.
Las declaraciones de Hollande a una radio local se dan en momentos en que un sondeo de opinión arrojó que la mayoría de los franceses se opone a una serie de protestas a nivel nacional en contra de planeadas reformas laborales en Francia que han interrumpido los suministros de combustible y los servicios de transporte en las últimas semanas.
El ministro de Finanzas, Michel Sapin, dijo por su parte que las interrupciones y manifestaciones callejeras, que han suspendido servicios ferroviarios, estaciones de energía, refinerías petroleras, puertos y plantas de tratamiento de residuos, no han tenido un impacto significativo en la economía.
Pero han mancillado la imagen de Francia con escenas de barricadas y violencia con piquetes justo cuando Europa tiene la mirada puesta en el país que albergará la Eurocopa este año.
"Nadie entendería si los trenes y aviones- estoy pensando en la disputa de los pilotos de Air France- impidieran que los aficionados se desplacen con facilidad, incluso si no hay nada que temer en relación a la competencia", dijo Hollande a la radio France Inter.
La paralización del transporte ferroviario ha reducido los servicios de trenes en cerca de 50 por ciento desde que la CGT y sus aliados iniciaron un paro indefinido el miércoles pasado. Una nueva ronda de negociaciones en torno a una reorganización de la jornada laboral está prevista para el lunes.
Los pilotos de Air France planean convocar una paralización a partir del sábado, el segundo día de la Eurocopa, en una disputa por separado sobre recortes salariales.
El presidente socialista reconoció una creciente amenaza de terrorismo durante el torneo de fútbol pero dijo que Francia esta tomando todas las medidas posibles para mantener la seguridad. Unas 130 personas murieron por ataques de militantes del grupo Estado Islámico en noviembre en París.