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El bloque regional del Grupo de Lima acusó este viernes al Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro de proteger a "grupos terroristas" en Colombia y rechazó cualquier intento de amenazar contra la vida del presidente colombiano Iván Duque.
Doce miembros del bloque, entre Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá, Paraguay y Perú, afirmaron además en una declaración conjunta tras una cita de sus representantes en Lima que harán todas las gestiones para que Cuba participe en la solución a la crisis que vive el país petrolero.
Esta es la primera vez que el bloque de países que apoya al líder opositor Juan Guaidó solicita la participación de las autoridades cubanas, que apoyan de manera clara a Maduro.
Los cancilleres de los países del grupo se reunieron a puerta cerrada en la sede de la cancillería peruana.
Tras cinco horas de conversaciones, el ministro de relaciones exteriores de Perú, Néstor Popolizio, leyó una declaración en la que también se condenó al régimen de Maduro por el uso de una dura represión durante el fallido alzamiento del martes del líder opositor Juan Guaidó.
El grupo de países también dio un paso adelante en sus acercamientos para incorporar a la solución de la crisis venezolana al grupo de Contacto Internacional, formado por países europeos y algunos latinoamericanos como México, Uruguay y Bolivia, y otros miembros de la comunidad internacional.
El secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo tenía previsto participar mediante una comunicación telefónica pero esta no se produjo, según dijo Popolizio, por un problema técnico.
El Grupo de Lima volvió a exigir de manera singular el respeto a la vida e integridad de Juan Guaidó. El plan del líder opositor de lograr un alzamiento militar efectivo esta semana fracasó y Nicolás Maduro aseguró que las fuerzas armadas se mantienen leales a él.
Tras unos días de tensión, cinco personas han fallecido en choques entre manifestantes y policías.
El Grupo de Lima, que surgió en 2017, busca una salida pacífica y negociada a la crisis que, según cifras de Naciones Unidas, ha empujado a unos tres millones de venezolanos al exilio forzoso.