En un cambio significativo al enfoque que durante décadas aplicó el gobierno de Estados Unidos para resguardar su frontera con México con muros y vallas metálicas, ahora la Casa Blanca vigila casi la mitad de la línea que separa a nuestro país con aviones no tripulados Predator Bs, capaces de detectar movimientos de personas en montañas, cañones y ríos con una cámara de video de alta resolución.
Según funcionarios estadounidenses con conocimiento directo de la estrategia que pidieron no ser identificados debido a que no se han hecho públicos los detalles de la misma, los vuelos cubren unos 1 mil 400 kilómetros, de los tres mil 200 que tiene la frontera entre ambas naciones, y se espera que se extienda a la frontera canadiense para finales de 2015.
El objetivo es que los vuelos detecten actividades ilegales, como migración y narcotráfico, para después asignar a esas áreas a agentes para que las combatan, dijo R. Gil Kerlikowske, comisionado de Protección de Fronteras y Aduanas, la agencia de la que depende la Patrulla Fronteriza.
"Si podemos detectar en terrenos muy escarpados que no hay tráfico, ya sea marcas de ruedas o ropa abandonado o cualquier otra cosa, entonces no es necesario mandar a agentes y podremos desplegar los recursos a donde si exista una amenza mayor", explicó.
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