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Filipinas inicia vacunaciones contra COVID-19 pese a problemas de abasto

El domingo llegaron 600 mil dosis donadas por China, y las autoridades han pedido 25 mil más a Sinovac.

El gobierno filipino inició este lunes una campaña de vacunación para contener uno de los peores brotes de coronavirus del sureste asiático, aunque afrontaba problemas de suministro y resistencia de la población, que esperaba mitigar vacunando a altos funcionarios.

Entre los primeros en llegar para vacunarse en seis hospitales de la Manila metropolitana estaban miembros del gobierno, personal sanitario y efectivos militares y de la policía. El domingo llegaron al país 600 mil dosis donadas por China.

En el Hospital General Filipino de Manila, un centro estatal, se ofreció un acto televisado con la vacunación del director del hospital, el doctor Gerardo Legaspi, seguido de miembros del gobierno y del Departamento de Salud.

"Vacunémonos, salvemos vidas cada día. Debemos seguir adelante", declaró el alcalde de Manila, Isko Moreno, en un discurso en el hospital. El regidor señaló que se vacunaría en una semana, después del personal sanitario.

Filipinas es uno de los últimos países del sureste asiático en recibir vacunas debido a demoras en las entregas, aunque ha reportado más de 578 mil 300 contagios, incluidas 12 mil 322 muertes, la segunda cifra más alta de la región por detrás de Indonesia. Las cuarentenas y restricciones han sumido la economía del país en una de las peores recesiones del sureste asiático, que provoca desempleo y hambre.

"Nuestra economía está muy afectada, de modo que cuanto antes se aceleren estas vacunaciones, mejor", apuntó el presidente, Rodrigo Duterte, en una conferencia de prensa televisada tras asistir a la entrega de vacunas en una base aérea en la capital.

Además de las vacunas donadas por la firma china Sinovac, el gobierno ha encargado 25 millones de dosis a la firma, aunque todavía no hay fecha de entrega. El secretario de Salud, Francisco Duque III, dijo que la llegada de un pedido inicial de 525 mil 600 dosis de AstraZeneca, prevista en un principio para este lunes, se retrasaría una semana debido a problemas de suministro.

Las donaciones de China suponen apenas una parte de las al menos 148 millones de dosis que el gobierno intenta obtener de compañías asiáticas y occidentales para vacunar gratis a unos 70 millones de filipinos, en una enorme campaña con fondos extranjeros e internos. Se espera que la mayoría de las remesas lleguen más tarde este año, en medio de una competencia global por conseguir vacunas contra el COVID-19.

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