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Exigen a Grecia entregar su soberanía fiscal para evitar bancarrota y salida del euro

El Parlamento griego deberá aprobar diversas reformas, entre ellas a las pensiones y al impuesto al valor agregado; además se espera que el premier griego expulse a los 17 legisladores que el viernes se negaron a autorizar que negociara el rescate y que lo dejó en manos de la oposición conservadora y de centro izquierda.

BRUSELAS. Con diferencias internas, los 19 líderes de la Eurozona exigieron a Grecia aprobar y legislar a más tardar el miércoles una serie de medidas que fuentes comunitarias y periodísticas aquí describieron como la virtual cesión de su soberanía fiscal, a cambio de un rescate que sumaría 86 mil millones de euros y la permanencia del país en el bloque; luego de las negociaciones, se reportó que persistían las discrepancias con Atenas en cuanto al aumento de la ayuda para los bancos helenos, que están al borde de la quiebra.

Mientras que la cumbre de los 28 líderes de la Unión Europea fue cancelada ante la falta de un acuerdo, la canciller federal alemana, Angela Merkel y el presidente galo, Francois Hollande, lanzaron un ultimátum al premier griego, Alexis Tsipras, para ampliar las acciones presentadas por Atenas, que el viernes y sábado los ministros de Finanzas de la Eurozona estudiaron y rechazaron, al emitir un documento de cuatro páginas que contempla la salida temporal del país balcánico de la moneda única, como planteó el responsable alemán del rubro, Wolfgang Schäuble, al proponer un "tiempo fuera" de cinco años.

Merkel y Hollande emplazaron a Tsipras para que el Parlamento apruebe hoy el paquete y legisle sus puntos el miércoles, incluyendo la reforma de las pensiones y del impuesto al valor agregado, antes de que se considere reanudar la ayuda a Grecia.

Expertos de la UE, del FMI y del Banco Central Europeo serían enviados a Atenas para supervisar los proyectos de ley que el Ejecutivo elabore antes de someterlos al Parlamento; también se enmendarían las leyes que no fueron consensadas con los acreedores.

Más tarde, fuentes oficiales griegas detallaron que la mayor diferencia consiste en el reinicio de la Asistencia de Liquidez de Emergencia para los bancos, en especial después de que el sábado el ministro de Economía, George Stathakis, dijo que las sucursales abrirían esta semana si hay un acuerdo, aunque se mantendrán "por al menos dos meses" los límites para retirar efectivo.

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Uno de los informantes indicó que hay desacuerdo en la creación de un fondo independiente en Luxemburgo, bajo supervisión europea, que pondría en marcha la privatización de activos estatales, frenada por Tsipras y que es otra de las medidas similares al programa lanzado por Schäuble.

Para sacar adelante el paquete, se espera que Tsipras expulse a los 17 legisladores que el viernes se negaron a autorizar que negociara el rescate, lo que dejó al premier en manos de la oposición conservadora y de centro izquierda.

La alianza de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) y Griegos Independientes posee 162 de los 300 escaños del Parlamento unicameral y otros 15 de sus integrantes adelantaron que podrían oponerse; entre los rebeldes se cuentan Panagiotis Lafazanis, líder de la facción Plataforma de Izquierda, y el viceministro del Trabajo, Dimitris Stratoulis, exsindicalista que rechaza el recorte a las pensiones. Zoe Constantopolou, titular del Legislativo, se abstuvo y para su reemplazo sería necesario un voto de confianza.

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Previo a su reunión con Merkel y Hollande, en una llamada telefónica, Tsipras expuso a Jack Lew, secretario del Tesoro norteamericano, que un pacto sería viable si "respeta fundamentalmente al pueblo griego y todo lo que ha resistido en los últimos cinco años".

Después, Lew declaró que estaba alentado "por los reportes de algunos progresos" en las pláticas y dijo que "reconstruir la confianza requiere demostrar que se aplicará un programa y que habrá medidas para hacer la deuda sostenible", que llega a 316 mil millones de euros.

La amenaza de la llamada Grexit se acrecentó después de que la reunión del sábado se saldó sin arreglos, al tiempo que Schäuble difundió el plan para suspender cinco años a Atenas de la Eurozona y reestructurar su deuda, al que se opusieron Francia e Italia entre otros socios.

También impondría recortes automáticos en el gasto público, si las metas de reducción del déficit se incumplen. La idea fue defendida por el vicecanciller federal alemán, Sigmar Gabriel, quien dijo que "en una situación difícil, cada propuesta debe examinarse sin prejuicios. Esta sólo se concretaría si Grecia la ve como la mejor alternativa".

Mandatarios a favor y en contra

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