Mundo

Ensamblar desde India, la opción para crear el iPhone fuera de China

La empresa Foxconn cuenta con dos instalaciones, una en Sri City y otra en Sriperumdubur, desde donde son fabricados smarphones para Xiaomi y, recientemente, para Apple.

En una húmeda mañana de verano, docenas de autobuses se detienen frente a un grupo de edificios bajos y azules en el estado de Andhra Pradesh, en el sur de India. Las mujeres vestidas con coloridos salwar kameezes desembarcan, sus bufandas dupatta ondean mientras se abren paso entre arbustos y carteles que proclaman: "Nuestro objetivo, no es un un accidente".

El turno nocturno en la planta de telefonía móvil de Foxconn en Sri City está terminando, y miles de mujeres jóvenes salen mientras otras entran para reemplazarlas. Una de las recién llegadas es Jennifer Jayadas, una joven alta y delgada de 21 años que vive a varios kilómetros de distancia en una cabaña de dos habitaciones sin agua corriente.

Después de desayunar gratis una chapati con pan de curry de papa y guisantes, se pone un sombrero blanco a cuadros, una camisa de delantal, calzado resistente a la electricidad estática y guantes pequeños. Luego, Jayadas toma su lugar en una estación de prueba donde pasará las próximas ocho horas asegurándose de que el volumen, la vibración y otras funciones del teléfono funcionen correctamente.

"Los teléfonos inteligentes solían estar hechos en China", explica ella. "Ahora los hacemos aquí".

Foxconn, también conocida como Hon Hai Precision Industry, abrió su primera fábrica en India hace cuatro años. Actualmente opera dos plantas de ensamblaje, con planes para expandirlas y abrir dos más. India se ha convertido en una importante base manufacturera ya que la compañía, con sede en Taipei, busca diversificar sus operaciones más allá de China.

Tener éxito en la India ha sido más urgente desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una guerra comercial el año pasado y anunció aranceles sobre miles de productos fabricados en China, incluidos los dispositivos que Foxconn fabrica para Apple, Amazon y otras empresas.

A finales de agosto, Trump escaló la retórica, ordenando a las compañías estadounidenses que comiencen a retirarse de China y citando una ley de seguridad nacional como justificante. Aunque reculó dos días después, muchas empresas se resignaron a un replanteamiento inevitable y costoso de sus cadenas de suministro globales.

"Es un buen principio comercial no poner todos los huevos en la misma canasta", apunta Josh Foulger, que dirige las operaciones de Foxconn en India. "Tenemos que encontrar alternativas viables y confiables. Obviamente la ubicación alternativa debe ser competitiva. No podemos poner una fábrica en México para manufacturar móviles. Podría haber funcionado hace 10 años, pero no va a funcionar hoy".

Foulger, de 48 años, creció en Chennai y acudió a la Universidad de Texas en Arlington, antes de regresar a India a mediados de agosto para establecer una fábrica de Nokia. Se unió a Foxconn hace cuatro años para ayudar al fundador Terry Gou a poner plantas de ensamblaje en India, que es ahora el mercado de teléfonos inteligentes de más rápido crecimiento en el mundo.

La primera fábrica de Foxconn en India empezó en 2015 en Sri City, una zona económica especial donde los productos pueden ser importados y exportados con papeleo limitado y las empresas extranjeras hacen de todo, desde pañales hasta vagones de tren. La planta de Foxconn emplea a casi 15 mil trabajadores (cerca del 90 por ciento son mujeres) y ensambla teléfonos para varios fabricantes, incluido el best-seller local Xiaomi.

En los meses recientes, trabajadores comenzaron a probar y ensamblar el iPhone X de Apple, que será vendido primero en India y eventualmente exportado.

Una segunda fábrica de teléfonos abrió en 2017 en Sriperumdubur, a unas dos horas por carretera desde la primera instalación. Esta emplea a 12 mil personas y está parcialmente automatizada.

"Para 2023", indica Foulger, "ambas fábricas serán mucho más grandes y agregaremos dos ubicaciones más".

Foxconn actualmente trae piezas desde China, pero espera algún día fabricar pantallas y placas de circuito impreso localmente.

Foulger está tratando de capturar un tercio del mercado nacional de teléfonos inteligentes y el 10 por ciento del mercado global (en comparación con el 2.5 por ciento de su cuota actual). Eventualmente, planea agregar otros productos, incluyendo altavoces Amazon Echo, a la mezcla. "Hasta ahora, India ha creado para la India", apunta. "Pronto la India hará por el mundo".

Sentado en una oficina mirando el alboroto de la planta de Sriperumdubur, el barbudo y robusto ejecutivo marca las ventajas de la India: costos laborales que son la mitad que los de China, un basto grupo de trabajadores que incluye ingenieros talentosos, un gobierno ansioso por ayudar.

Tienen un socio acérrimo en el primer ministro Narendra Modi, quien está bajo presión para reducir la tasa de desempleo que actualmente supera el 6 por ciento. Su política de gobierno a cuatro años "Made in India", busca convertir al país en una potencia manufacturera al ofrecer incentivos a las empresas extranjeras para abrir fábricas.

"El plan es expandir la manufactura de teléfonos celulares en India de 25 mil millones de dólares a 400 mil millones de dólares para 2024", señaló Pankaj Mahindroo, quien dirige la Indian Cellular & Electronics Association. "Una parte sustancial de esto será para el mercado de exportación".

Hay un largo camino por recorrer: se crearon apenas 700 mil empleos en la fabricación de productos electrónicos desde que "Made in India" comenzó, de acuerdo con el grupo industrial de Mahindroo.

Los trabajadores calificados, como los diseñadores industriales, son escasos, y todavía no existe una gran red de proveedores que proporcione componentes cruciales como baterías, semiconductores y procesadores.

"India todavía no está ahí", indica Anshul Gupta, director sénior de investigación de Gartner India. "Pero las cosas comienzan a acomodarse en su lugar. India puede reforzar su capacidad manufacturera y ayudar al mundo a recortar su dependencia con China".

Foxconn fue parte integral de la transformación de China en un coloso de la fabricación, y Gou ha dicho a Modi que Foxconn puede ayudar a India a lograr lo mismo. Pero a China le tomó 30 años llegar ahí.

"La ventaja de China fue su enorme mano de obra que podía producir a un bajo costo, y construyeron sobre eso invirtiendo fuertemente en logística y transporte", afirma Andrew Polk, socio fundador de Trivium China, una firma de investigación con sede en Beijing. "Incluso con su mano de obra disipándose, han invertido en procesos y sistemas para producir eficientemente en escala y llevar los productos al mercado".

Ponerse al día requería que el Gobierno indio y el sector privado inviertan fuertemente en caminos, rieles, puertos y otra infraestructura.

"Cuando China lo hizo, las cadenas globales de suministro estaban fragmentadas y no había otra China", asevera Polk. "India no solo tendrá que hacerlo bien para ser mejor que China, y las guerras comerciales solo pueden ayudar al margen". China también tuvo el beneficio de poder crecer sin preocuparse demasiado por el impacto ambiental. Con la preocupación por el crecimiento del cambio climático, "eso no va a funcionar en estos días", indica.

Foulger decidió reclutar principalmente mujeres. Las trabajadoras de fábricas con comunes en China, pero inusuales en la India, donde las mujeres de zonas rurales generalmente son consignadas a sus labores hogareñas no remuneradas o al trabajo agrícola. Ni siquiera se permitió a las mujeres de esta región trabajar de noche en las fábricas hasta que el Gobierno local y los tribunales intervinieron hace cuatro años.

Fue la madre de Foulger quien planteó la idea y lo persuadió para que le diera la oportunidad a las mujeres.

Después de su turno, Jayadas aborda el autobús para llegar a casa un poco antes de las 16 horas. Ella ayuda con la cocina, luego recolectar 12 cubetas de agua de un grifo de la calle para las necesidades diarias de la familia. Los ingresos de su padre para reparar radios y reproductores DVD son escasos y erráticos, y todo su cheque de pago va para sus padres. "Primero, la casa tiene que ser reparada", indica Jayadas señalando hacia el techo endeble y las paredes viejas. "Además, quiero ahorrar dinero para un curso de esteticista".

También lee: