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'El vicio por el oro' y formación militar, el 'combustible' de Bolsonaro contra la Amazonia

El trabajo de su padre en una mina de oro en los 80 y la carrera militar del presidente brasileño se traducen en su visión de que la selva tropical es solo de Brasil, no del mundo.

Entre las decenas de miles de brasileños que descendieron a la mina de oro amazónica de Serra Pelada en la década de 1980 se encontraba Percy Geraldo Bolsonaro, padre del actual presidente, Jair Bolsonaro.

El padre de Bolsonaro fue uno de los mineros salvajes que soportaron condiciones de trabajo brutales en busca de riquezas. La selva tropical también sufrió, con la degradación ambiental generalizada, mientras los mineros destrozaban la Amazonia en la búsqueda desesperada de oro.

Es un aspecto que es parte de la psique nacional de Brasil y que resuena profundamente con el actual presidente. "La minería de oro es un vicio; está en la sangre", dijo a los mineros de la región en un video publicado en YouTube en julio de 2018. "Le debemos todo lo que tenemos a la gente con espíritus como los suyos".

El presidente de Brasil ha sido objeto de oprobio internacional por avivar las llamas de la destrucción de la Amazonia con protestas contra sus políticas ambientales, tanto en el país como en el extranjero, así como intervenciones de celebridades como el actor Leonardo DiCaprio y la modelo Gisele Bundchen.

Sin embargo, su educación y su carrera temprana sugieren que no dará marcha atrás. De hecho, Bolsonaro inicialmente rechazó 20 millones de euros de los miembros del Grupo de los Siete (G-7) para ayudar a combatir los incendios, agudizando una disputa con el presidente francés Emmanuel Macron, quien sostuvo que los líderes del G-7 deben considerar la difícil situación de la Amazonia como una "crisis internacional".

'Demasiado lejos '

Todo parece indicar que el gobierno brasileño respalda a Bolsonaro en el fondo, si no es que en todos los aspectos de su estilo abrasivo. Hay consenso dentro de la administración de que Macron sobrepasó la línea con sus críticas a Bolsonaro sobre la Amazonia, señalaron tres funcionarios familiarizados con el pensamiento en Brasilia, y pidieron no ser identificados debido a estrategia política.

Los incendios que actualmente queman la Amazonia no son significativamente peores que los ocurridos en temporadas de sequía pasadas, aseguraron.

Macron tiene que "retirar los insultos hechos en mi contra" antes de que pueda discutirse sobre la ayuda para la Amazonia, afirmó Bolsonaro a periodistas el martes, y agregó que el dinero es una amenaza para soberanía de Brasil.

Además del afecto por las hazañas mineras de su padre, los años formativos de Bolsonaro en el Ejército moldearon gran parte de su actitud hacia la Amazonia.

En los siglos XVII y XVIII, el Ejército portugués estableció fuertes en la Amazonia que marcaron la fundación de ciudades como Belem, Sao Luis y Manaos, mientras que en el siglo XIX el mariscal Candido Rondon dirigió misiones militares para establecer contactos con las tribus amazónicas, dando su nombre a uno de los estados que actualmente está siendo devastado por el fuego: Rondonia.

El desarrollo moderno de la Amazonia realmente ocurrió durante el periodo de la dictadura militar de 1964 a 1985.

Ese legado militar se traduce en la convicción de Bolsonaro de que la región es un activo brasileño, no global; que sus recursos deben utilizarse y no dejarse en el suelo; y que cualquier interés extranjero proviene de un deseo de controlar la riqueza mineral de la Amazonia, en lugar de preservar su ecosistema.

'Ataques gratuitos'

Debido al contexto, los intentos de Macron de imponer soluciones a Brasil desde el exterior estaban destinados a provocar molestias.

Efectivamente, Bolsonaro reanudó la disputa esta semana, lamentando "los ataques irrazonables y gratuitos de Macron sobre la Amazonia", solo unas horas después de que el líder francés contestara enojado por la burla de Bolsonaro sobre su esposa.

La política de Bolsonaro se ha mantenido notablemente consistente a lo largo de los años, pero está cada vez más fuera de sintonía con la opinión global: mientras el impacto del cambio climático se vuelve más tangible, la importancia de la selva tropical ha aumentado dramáticamente en la agenda política mundial.

El riesgo para el excapitán del Ejército de Brasil es que cuanto más cava y rechaza el cambio global, mayor es la amenaza de daño económico de su intransigencia.

Francia e Irlanda amenazaron con bloquear el reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, la únion aduanera sudamericana, que podría impulsar la economía brasileña en 90 mil millones de dólares en los próximos 15 años.

Finlandia, actual titular de la presidencia rotativa de la UE, ha planteado la idea de prohibir las importaciones brasileñas de carne de res y ha propuesto incluir el asunto en la agenda de una reunión de ministros de finanzas del bloque que será en septiembre.

Brasil exportó 13 mil 600 millones de dólares en productos agrícolas a la UE el año pasado.

"Francia e Irlanda se sobrepasan al decir que podrían romper el acuerdo UE-Mercosur", apuntó Tereza Cristina Dias, ministra de agricultura de brasileña. "Brasil está preocupado por los incendios que ocurren cada año. Es oportunista decir que esto tiene algo que ver con los productos brasileños".

Es personal

Aún así, existen diferencias de opinión dentro de la administración sobre los ataques agresivos y personales de Bolsonaro contra Macron, según personas familiarizadas con el tema.

Algunos argumentan que él perdió la oportunidad de aislar diplomáticamente al presidente francés, dada la reticencia de Alemania y el Reino Unido a vincular los acuerdos comerciales con la política ambiental.

Sin duda, los opositores nacionales de Macron lo han acusado durante mucho tiempo de arrogante. Un asistente presidencial brasileño consideró que los esfuerzos diplomáticos para contener las consecuencias de la disputa del viernes pasado se deshicieron a medida que ambos líderes mantuvieron la enemistad pública durante el fin de semana.

Otro asesor vinculado al gabinete presidencial afirmó que los moderados en la administración abandonaron intentos anteriores de educar a Bolsonaro en sutilezas diplomáticas, o incluso etiqueta básica, debido a sus reacciones explosivas. Los ministros ahora procuran evitar cualquier declaración que contradiga al presidente.

Bolsonaro arriesga un costo tanto político como económico. Una encuesta publicada el lunes mostró que el índice de aprobación del presidente había caído 57.5 por ciento en febrero a 41 por ciento en agosto. Los encuestados consideraron las políticas ambientales de su gobierno como una de las áreas con peor desempeño, mientras que más del 93 por ciento de los brasileños consideraron que preservar el medio ambiente era "muy importante".

Sintiendo el calor

A pesar de la retórica de Bolsonaro, hay señales de que su administración puede estar sintiendo el calor.

En una ruptura de su hábito semanal de tener chats en Facebook Live, Bolsonaro dio un mensaje televisado a nivel nacional para exponer sus planes para combatir los incendios en la Amazonia, declarando un estado de emergencia en la región, enviando tropas y desembolsando ayuda financiera.

Este miércoles, Bolsonaro anunció que todos los países con territorio en la Amazonia se reunirán el 6 de septiembre en Colombia para discutir sobre los incendios. Venezuela no fue invitada.

En Brasil, el presidente todavía está lejos de estar aislado por sus puntos de vista sobre la Amazonia. Es una postura compartida por los hombres militares que conforman casi un tercio de su gabinete y por muchos de sus partidarios civiles, algunos de los cuales consideran que cualquier dolor económico por las sanciones internacionales valdría el precio de defender la soberanía brasileña.

"Brasil es un ejemplo para el mundo", escribió en su cuenta de Twitter el general Augusto Heleno, ministro de Seguridad Institucional. "Nuestra gente sabe que la Amazonia brasileña nos pertenece y que sus riquezas se utilizarán de manera sostenible, para nuestro beneficio".

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