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El presidente chino advierte sobre amenazas a la seguridad nacional

El gobierno atribuye la violencia en Xinjiang a activistas islamistas y separatistas que buscan establecer un estado independiente llamado Turkestán Oriental en las regiones occidentales.

PEKIN.- El presidente de China, Xi Jinping, dijo este sábado que su país enfrenta crecientes amenazas a la seguridad nacional y advirtió de los peligros del terrorismo, durante un discurso en el que sugirió que Pekín podría imponer controles más duros a sus minorías étnicas.

Los comentarios de Xi se conocen en un momento delicado para China, ya que las autoridades enfrentan disturbios en las regiones tibetanas y en Xinjiang, donde residen musulmanes uigures.

El malestar social en Xinjiang causó la muerte de más de 100 personas el año pasado, lo que provocó que Pekín adoptara una posición más dura contra la minoría musulmana uigur.

El gobierno atribuye la violencia en Xinjiang a activistas islamistas y separatistas que buscan establecer un estado independiente llamado Turkestán Oriental en las regiones occidentales.

Más de 120 tibetanos se han inmolado desde el 2009 en protestas por las reglas de Pekín y muchos han pedido el retorno de su exiliado líder espiritual, el Dalai Lama.

Pekín dice que los inmolados son "terroristas".

"Debemos estar claramente conscientes de que en la nueva situación, nuestro país enfrenta crecientes amenazas y desafíos a nuestra estabilidad social", dijo Xi.

Xi instó a los funcionarios a "resolver adecuadamente las disputas que afectan la unidad nacional y combatir con resolución a las fuerzas hostiles de afuera y adentro del país, que utilizan el tema étnico para comprometerse en actividades separatistas, de sabotaje e infiltración".

El mandatario no se refirió a tibetanos o uigures, pero sus comentarios reflejan la retórica usada frecuentemente por líderes del partido comunista chino cuando discuten disturbios étnicos.

La seguridad se ha fortalecido en Xinjiang después de una serie de ataques mortales, entre ellos un caso ocurrido en marzo en la ciudad suroccidental de Kunming, donde al menos 29 personas fueron asesinadas y 140 heridas, en crímenes que el gobierno de Pekín atribuyó a activistas uigures.

El gobierno de Xi ha intensificado la lucha contra los disidentes. Pekín fue blanco de protestas de naciones occidentales en enero, cuando la policía arrestó a Ilham Tohti, un profesor que ha sido líder de la campaña por los derechos de los uigures.

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