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El G-20 se enfrenta a su gran prueba la próxima semana: Trump

En un ambiente de crisis, se espera que las naciones del G-20 enfrenten problemas para formar una declaración en conjunto sobre los asuntos más relevantes.

Cuando los líderes del G-20 se reunieron por vez primera en 2008, su misión era desesperada: rescatar a la economía mundial de su peor crisis financiera en más de 70 años. Y tuvieron éxito.

Diez años después, esa imagen de unidad ante la calamidad económica solo es visible por el retrovisor. Ahora se espera que los líderes de las naciones industrializadas del G-20, que se reunirán la próxima semana en Argentina, tengan problemas para forjar una declaración conjunta sobre dos de los asuntos más grandes y espinosos de su agenda: comercio y cambio climático.

Los funcionarios de las capitales europeas y asiáticas que están ayudando a preparar la reunión dijeron que son cautamente optimistas ante la posibilidad de que haya un comunicado cuando finalice la reunión de dos días el 1 de diciembre.

No obstante, muchos dijeron que es probable que el texto se diluya para intentar asegurar la aprobación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un escéptico declarado del cambio climático por acción humana y defensor de políticas comerciales proteccionistas y una política exterior más aislacionista.

La historia reciente sugiere que los encargados de redactar el comunicado final se enfrentarán a un duro desafío cuando comiencen su trabajo en serio el lunes en Buenos Aires.

El fin de semana pasado, los funcionarios de los países que asistieron a una importante cumbre de Asia-Pacífico no lograron ponerse de acuerdo sobre un comunicado conjunto por primera vez, en medio de las fricciones entre Estados Unidos y China por el comercio y la seguridad.

Meses antes, Trump rechazó una declaración de los líderes de las economías industrializadas del G-7 tras una tensa reunión marcada nuevamente por los aranceles y el comercio.

"Es un club aún más difícil de manejar que el G-7", señaló una fuente diplomática francesa. "Seamos realistas. Los asuntos y las conversaciones han sido difíciles desde el año pasado. Este año volverá a pasar lo mismo, tal vez sea incluso más difícil".

Será la primera vez que los líderes se reúnan desde que Trump impuso aranceles sobre importaciones chinas valoradas en 250 mil millones de dólares para lograr concesiones de Beijing en lo referente al acceso a sus mercados, la transferencia forzada de tecnología y el robo de propiedad intelectual.

China respondió con aranceles a la importación de productos estadounidenses.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió esta semana que la escalada en la guerra comercial -las tarifas estadounidenses sobre productos chinos por valor de 200 mil millones de dólares subirá del 10 al 25 por ciento a partir del el 1 de enero- afectará al crecimiento económico mundial.

Funcionarios de algunos países del G-20, deseosos de ver un rápido final de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, tienen esperanzas pero no confianza en que una reunión entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, pueda lograr, al menos, un alto el fuego parcial.

Pero en Estados Unidos y China reina el pesimismo.

Dentro de la Casa Blanca hay incertidumbre sobre el grado de presión que Trump está dispuesto a aplicar sobre Xi durante sus conversaciones sobre comercio y otras disputas, ya que el mandatario recibe a veces consejos contradictorios de sus principales asesores, puntualizó un funcionario de alto rango.

"Las expectativas (sobre la reunión) son bajas. Pero mantener la relación personal es una prioridad extremadamente alta", mencionó el funcionario estadounidense en referencia a los dos líderes, que han intentado forjar una relación de trabajo estrecha a pesar de las tensiones entre sus países, las dos economías más grandes del mundo.

El principal objetivo de China en el G-20 es lograr que Estados Unidos se abstenga de aumentar los aranceles en enero, dijeron economistas y académicos chinos. Pero Xi no será intimidado para aceptar un acuerdo malo.

"Aunque sean capaces de lograr un pequeño acuerdo, los líderes de China y Estados Unidos no pueden llegar a un acuerdo fundamental, por lo que no habrá una tregua en la guerra comercial", refirió Shi Yinhong, director del Centro de Estudios Estadounidenses de la elitista Universidad Renmin de Beijing, que asesoró al gobierno chino sobre diplomacia.

Trump dijo el jueves que está bien preparado para su encuentro con Xi.

"No es como, 'Oh, caramba, voy a sentarme a estudiar'. Conozco todos los ingredientes. Conozco todas las estadísticas. Lo conozco mejor que nadie. Y mi instinto siempre ha sido correcto. Y lo estamos haciendo muy bien. Y les diré que China quiere hacer un trato", afirmó.

Trump también se reunirá con su par ruso, Vladimir Putin, con quien no se ha visto cara a cara desde la cumbre bilateral celebrada en julio en Helsinki, en la que los críticos del mandatario estadounidense le acusaron de estar coqueteando con el Kremlin.

'No hay alternativa'

También se espera que los líderes del G-20 discutan la reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC), aunque los funcionarios dijeron que es poco probable que se alcance un acuerdo.

Estados Unidos es cada vez más escéptico sobre la capacidad de la OMC para resolver disputas comerciales internacionales. La Unión Europea también está presionando para reformar el organismo para que sea más capaz de abordar los problemas comerciales modernos.

Los países europeos quieren que el comunicado final se refiera a la lucha contra el cambio climático, reveló un alto funcionario de la Unión Europea. Trump ha anunciado su intención de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París, arrojando dudas sobre la ciencia que sustenta el acuerdo.

Pese a los desacuerdos en temas clave y el creciente escepticismo de Estados Unidos sobre la utilidad de los organismos multilaterales, los miembros del G-20 insisten en que el foro sigue siendo una oportunidad importante para que los líderes mundiales se reúnan e intercambien opiniones sobre asuntos urgentes.

"Su mera existencia nos ayuda a reunirnos rápidamente y discutir asuntos clave a nivel mundial cuando sea necesario", declaró un alto funcionario del G-20 en Asia.

Un alto cargo alemán involucrado en los preparativos del G-20 dijo que Alemania sigue comprometida con el foro como un lugar para las discusiones multilaterales y bilaterales a pesar de las tensiones actuales.

"A veces hay que ser paciente. No hay otra alternativa que intentar trabajar juntos", dijo el funcionario.

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