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El Assad acepta que sus fuerzas sólo retienen territorio clave

Bashar el Assad, presidente de Siria, aceptó que apoyará cualquier diálogo para poner fin al conflicto, aunque precisó que cualquier iniciativa que no se base en la lucha contra el terrorismo será “hueca” y “sin sentido”.

DAMASCO.- El presidente de Siria, Bashar el Assad, reconoció que su ejército ha sido forzado a ceder territorio ante la guerrilla islamista, para concentrarse en la defensa de 25 por ciento del país, donde reside la mayoría de la población. Dijo que apoyará cualquier diálogo para poner fin al conflicto, aunque precisó que cualquier iniciativa que no se base en la lucha contra el terrorismo será "hueca" y "sin sentido".

En un discurso televisado, que se consideró muy franco después de cuatro años de guerra que han dejado más de 230 mil muertos ––el último capítulo es la intervención de Turquía contra las milicias separatistas kurdas, que a su vez han ganado terreno al Estado Islámico (IS)–– expuso que "en algunas circunstancias, hemos sido forzados a ceder áreas para poder desplazar nuestras tropas hacia las zonas que queremos retener. Debemos definir las regiones importantes que las fuerzas armadas conservan, a fin de evitar el colapso de las demás".

Desde marzo, Damasco perdió la provincia noroeste de Idlib ante una alianza encabezada por el Frente El Nosra, filial de Al Qaeda (La Base, fundada por Osama ben Laden) que es apoyada por Turquía, Arabia Saudita y Qatar. Otras zonas del norte, el sur y el centro cayeron en manos de IS y de otros grupos que también reciben ayuda de los países citados, además de las Unidades de Protección Popular (YPG), milicia aliada del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de Turquía, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.

El Assad manifestó que el creciente respaldo externo a los rebeldes, incluyendo el turco, es la causa de los golpes, pero descartó que el país vaya hacia una partición que deje en su poder las ciudades de Damasco, Hama y Homs, así como la franja costera habitada por su minoría alauita.

Según analistas, Irán, su principal aliado junto a los chiítas del Hezbolá, que combaten a IS en la frontera con Líbano, le aconsejó atrincherarse en las regiones clave, lo que le ha permitido mantener bastiones en el noreste, el este y el sur, así como en Aleppo, la segunda ciudad del país árabe.

Ayer, tropas sirias y de las YPG avanzaban contra IS en Hasaké, capital de la provincia nororiental del mismo nombre, poblada por árabes, kurdos, turcomanos y asirios donde los extremistas estarían confinados a dos pequeñas áreas. Al mismo tiempo, por segunda noche consecutiva, cazas turcos bombardearon bases del PKK en Irak, en represalia por el estallido de un coche bomba en una carretera que mató a dos soldados cerca de Diyarbakir.

La entrada de Ankara a la lucha en dos frentes, contra IS por un atentado la semana pasada, y contra el PKK, amenaza la tregua que luego de 28 años de enfrentamiento acordó en 2012 con la segunda organización. En tanto, un policía falleció en Estambul al seguir los choques con izquierdistas que protestan por la muerte de uno de sus camaradas en una incursión policial; el CHP, mayor partido opositor, anunció que está listo a formar coalición con el gobierno para romper el estancamiento político después de las elecciones de junio.

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