BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, firmó los términos del mandato del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como su nuevo jefe de gabinete.
La ceremonia de investidura ocurre en medio del empeoramiento de un clima ya tenso en la escena política tras la divulgación de una conversación telefónica en que Rousseff le dijo a Lula que estaba enviando un emisario para entregarle el documento de su nombramiento como ministro para que lo usara "en caso de necesidad".
Lula fue blanco de la vigésimo cuarta fase de la "Operación Lavado de Autos" a inicios de marzo por sospechas de que habría sido beneficiario en delitos que involucran a la petrolera estatal Petrobras.
Rousseff, además criticó duramente la difusión de una grabación de una conversación telefónica entre ella y el exmandatario.
Dijo que la grabación, divulgada por el juez federal Sergio Moro, fue ilegal y antidemocrática, y prometió una investigación exhaustiva del asunto, que enfrenta al gobierno con el juez que lidera la pesquisa por corrupción más grande de la historia del país sudamericano.
La mandataria insistió en que la conversación grabada no demuestra ningún apuro de su parte por mandarle a Lula un documento que confirmara su designación como ministro con el fin de evitar que el emblemático líder del Partido de los Trabajadores sea arrestado, como señalan sus detractores.