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Detención de Lula, ¿jaque mate a Dilma?

La detención el viernes de Luiz Inácio Lula da Silva cimbró a Brasil y aumenta las probabilidades de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.

Tan pronto como la policía registró la casa del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y lo interrogó este viernes temprano, activistas de camisa roja de su Partido de los Trabajadores tomaron las calles. Protagonizaron encontronazos con la policía, así como con los que celebraban la detención, un anticipo de los disturbios que le esperan a Brasil y a su asediada presidenta.

El segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff se ha visto anegado por dos crisis, una economía paralizada por la recesión y una clase política cercada por una investigación masiva por corrupción. La investigación a Lula, una figura icónica que eligió a Rousseff para sucederlo, agrava casi dos años de creciente tensión.

Rousseff no está directamente implicada en la última investigación, que se centra en los favores que supuestamente recibieron Lula y su familia de las compañías involucradas con Petrobras, la petrolera estatal en el núcleo de la investigación por corrupción. Con todo, no escapa a los ataques y Lula sigue siendo el alma de su Partido de los Trabajadores, conocido como el PT. Así, el interrogatorio a Lula eleva la temperatura una semana antes de las protestas a favor de la destitución de la mandataria programadas para el 13 de marzo.

"Veremos una escalada de la tensión una vez más, y nadie tiene realmente el control", dijo Riordan Roett, director de estudios latinoamericanos en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins. "Todo el mundo está preocupado por quién será el siguiente en caer y, en Brasilia, hay un muchos nombres en el aire."

RIESGO DE JUICIO POLÍTICO

La semana comenzó con la renuncia del ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, en medio de las críticas del PT que lo acusaban de no estar haciendo lo suficiente para controlar la investigación. En el momento de su renuncia el jueves, la prensa refería la declaración de un senador del PT recientemente liberado de la cárcel y puesto bajo arresto domiciliario.

La presunta declaración negociada a cambio de una reducción de cargos, del senador Delcidio Amaral, es más peligrosa para Rousseff ya que la implica directamente, según dos personas que participaron en la respuesta del gobierno al juicio político. La investigación a Lula fortalece a la oposición y hace que la destitución de Rousseff sea más probable hoy que hace un mes. La empresa de riesgo político Eurasia estima ahora la probabilidad por encima del 50 por ciento.

"Esto hace que sea más difícil una coalición contra el juicio político", señaló Rafael Cortez, analista político de la firma brasileña Tendencias Consultoria Integrada.

SIN SOLUCIÓN FÁCIL

El juicio político, sin embargo, no es un proceso sencillo. La cámara baja no ha constituido la comisión legislativa que presentará una recomendación sobre la solicitud de juicio político admitida el 2 de diciembre. Dicho informe debe ser confirmado tanto por la cámara baja como por el Senado en un proceso que puede tardar meses.

Los asistentes de Rousseff descartan la posibilidad de que la presidenta dimita por su propia voluntad, y ella ha dicho públicamente que defenderá su mandato. Pero la semana pasada cuando decidió continuar una visita a Chile en lugar de volver para las celebraciones del aniversario del PT, estaba claro que Rousseff temía ser abucheada por su propio partido. El apoyo a la mandataria parece estar por los suelos, a pesar de una reciente encuesta que muestra una mejora en su nivel de aprobación.

Si Rousseff es destituida mediante juicio político, el vicepresidente Michel Temer del Partido del Movimiento Democrático (PMDB) asumiría el cargo. Temer canceló los eventos públicos previstos para este fin de semana tras la operación policial del viernes contra Lula.

El PMDB llevará a cabo su convención nacional en Brasilia el 12 de marzo, el día antes de las protestas. No se espera que el partido adopte una posición oficial sobre el juicio político, aunque los legisladores son libres de apoyarlo.

EL TRIBUNAL ELECTORAL

Por otro lado, el tribunal electoral de Brasil está analizando una petición para anular la reelección de Rousseff en 2014, lo que también eliminaría a Temer como vicepresidente. Si esto ocurre antes de 2017, se convocarán nuevas elecciones.

El arresto el mes pasado de Joao Santana, el artífice de las campañas presidenciales de Rousseff en 2010 y 2014, dio a la oposición más municiones para desafiar a Rousseff. La detención de Santana por corrupción puso fin a dos meses de relativa calma para Rousseff y reavivó las peticiones de su renuncia.

Los congresistas y líderes del PT reaccionaron prestamente el viernes e hicieron un llamado a los leales del partido para defender a Lula de lo que calificaron como una acción policial "politizada". La indignación de los líderes de la izquierda no sólo busca defender el legado de los 13 años del PT en el poder, también busca preservar el futuro de un partido que planea unirse otra vez en torno a Lula en 2018 para contender nuevamente por la presidencia.

Rousseff publicó un comunicado expresando su desacuerdo con la "coerción innecesaria" ejercida sobre el expresidente para que testifique, y llamó a Lula para manifestarle su solidaridad, según su oficina de prensa. Lula fue recibido con vítores y declaraciones de apoyo en la sede nacional del PT en Sao Paulo cuando salió de la comisaría el viernes y dijo que él y Rousseff no cederían ante las campañas de la policía y los medios contra el PT.

"Si alguien en este país necesita autonomía, es la Presidenta de la República, porque nadie quiere dejar que esta mujer gobierne el país", afirmó Lula en un discurso.

Aunque la amenaza es real, el PT no se rendirá sin luchar, dijo en entrevista José Guimaraes, líder del gobierno en la cámara baja del Congreso.

"Saldremos a las calles para evitar este golpe", expresó Guimaraes. "Este espectáculo amenaza el orden democrático."

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