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Cuba no se encandilará con EU: funcionario cubano

En el marco de la visita de Obama a Cuba, el subdirector ( del área de EU) de la cancillería cubana, dijo que las raíces patrióticas y la historia de la independencia evitará que los ciudadanos de la isla se encandilen con el poder del país norteamericano.

Un alto funcionario del gobierno cubano que formó parte de la delegación que negoció la normalización de las relaciones con Estados Unidos, está convencido de que las raíces patrióticas y la historia de independencia de la isla evitará que sus compatriotas se encandilen con el poder del vecino país, cuyo presidente Barack Obama está a punto de arribar.

"Ni los Estados Unidos nos van a descubrir ahora, ni nosotros vamos a descubrir a los Estados Unidos", advirtió el sábado en entrevista con la AP el subdirector general del área de Estados Unidos de la cancillería isleña, Gustavo Machín. "Este es un país con profundas raíces patrióticas y con profundo conocimiento de la historia".

A pocos días de la visita del mandatario --su visita dará comienzo el domingo por la tarde--, Cuba vive un frenesí de preparativos, en un ambiente en el cual los ciudadanos a favor o en contra del deshielo binacional se mostraron al tanto de la gira.


No se trata de cualquier gira presidencial, sino una que podría impulsar definitivamente la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidas, rotas hace más de cinco décadas cuando el triunfo de la revolución en 1959 llevó al poder a un gobierno poco apreciado por Washington.

Machín, quien durante más de un año fue parte de la comitiva que mes a mes fue negociando el acercamiento se mostró consciente de la necesidad de un conocimiento más agudo de su país por parte de los norteamericanos.

"Nosotros esperamos que Obama conozca a la Cuba real, no a la Cuba que le han contado, que ha leído", dijo Machín. "Que palpe y goce la realidad cubana y estoy convencido de que verá una Cuba diferente a la que somos descriptos sobre todo en Estados Unidos".

Tras el triunfo de la revolución y en plena guerra fría, Cuba mantuvo durante tres décadas una fuerte alianza con la Unión Soviética, que ayudó materialmente a la pequeña isla y la proveyó de infraestructura, bienes y servicios al punto que muchos esperaron que el fin del bloque socialista hiciera colapsar también al gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro.

Además, a lo largo de estas décadas Washington impuso sanciones a Cuba presionando por un cambio de modelo político de la isla aplicando un duro embargo económico y político.

Sin embargo, Obama, fue el primer presidente de Estados de Unidos que reconoció la inutilidad del embargo. El mandatario estadounidense y su colega cubano, Raúl Castro, anunciaron el inicio del deshielo en diciembre de 2014 y en julio de 2015 se reabrieron las embajadas respectivas.

Machín reconoció que es un "desafío" y que la nueva relación con Estados Unidos --al cual siempre la isla calificó de paraíso capitalista con políticas imperialistas que llevaron a la ruina a muchas naciones del tercer mundo-- ofrece muchos "retos".

También reconoció que persisten diferencias, sobre todo en materia de derechos cívicos, como lo expresó el propio Obama, pero rechazó que sea la influencia estadounidense el factor de cambio en una sociedad que desde 2010 sufrió una serie de cambios económicos aperturistas impulsadas por Castro para modernizar el sistema económico y hacer frente a una fuerte crisis.

El propio Castro reiteró una y otra vez que no habría reformas políticas en la isla.

Cuba otrora cerrada y bajo un fuerte control estatal comenzó a desde 2010 a contar con una creciente pero limitada iniciativa privada, un mercado de bienes raíces y una mayor conectividad pública --aunque todavía restrictiva sobre todo por los precios-- a internet. Además una reforma migratoria permitió a los isleños viajar y regresar con libertad.

Muchos jóvenes cubanos quieren actualmente emigrar, aprenden cada vez más a hablar inglés y se contactan con mayor regularidad con sus parientes y amigos en Estados Unidos que mantiene una política que da cobijo y prebendas migratorias a los isleños.

La bandera estadounidense se lleva en las ropas y miles de norteamericanos comenzaron a visitar la isla. Se espera que la renovada relación traiga además más comercio y bienes del vecino país.

Pero en lo que a Machín respecta, este acercamiento con la gran potencia no significará una "anexión", ni política, ni cultural de la isla.

"No creo que el pueblo cubano va a ser encandilado por la cultura norteamericana", expresó Machín. "Independientemente de las opiniones que podamos tener, algo nos une, que es ese sentimiento por la independencia y la soberanía de este país que nos ha costado mucho".

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