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Crisis migratoria, una bomba de tiempo en salud: Unitaid

Lelio Mármora, director ejecutivo de la Unitaid, iniciativa que promueve tratamientos para diversas enfermedades en países en vías de desarrollo, consideró que la crisis migratoria en Europa representa "una bomba de tiempo" en salud.

La crisis migratoria en Europa representa "una bomba de tiempo" en salud, pues podrían transmitirse enfermedades o las personas interrumpir su tratamiento, lo que tendrá un impacto financiero, aseveró el director ejecutivo de Unitaid, Lelio Mármora.

Comentó en conferencia de prensa que como consecuencia de la pobreza y los conflictos de diversa índole que se están viviendo en el Oriente Medio, los refugiados están obligados a salir de su país de origen.

Mármora expuso que desde el punto de vista sanitario esa situación representa un riesgo, principalmente para el bienestar de ellos, ya que durante su recorrido a otra nación que los pueda recibir no tienen acceso a sus medicamentos de manera normal.

En el caso de refugiados portadores del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y/o Sida, explicó que si esas personas dejan de tomar sus medicamentos se genera "un riesgo porque hacen resistencia".

"Después tienen que ir a tratamientos de segunda línea, que cuestan el doble o más de los que actualmente pueden estar tomando y eso representa un gasto mayor para el paciente y los países", alertó.

"Entonces tenemos un problema sanitario que es una bomba de tiempo, además de que tiene un impacto financiero porque los países tendrán que brindarles los medicamentos", añadió.

En la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ubicada en esta ciudad de Suiza, representantes de otros organismos internacionales también se refirieron a la emergencia migratoria proveniente de Siria y otros países del Oriente Medio.

Joel Milman, de la Organización Internacional de Migración, consideró que Europa puede enfrentar ese fenómeno por lo bajo de su población y por su economía.

La Unitaid es una iniciativa internacional que promueve el acceso en poblaciones de países en vías de desarrollo al tratamiento de enfermedades como VIH-Sida, malaria y tuberculosis, que cada año matan a unas cuatro millones de personas.

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