Mundo

Charlie Hebdo, una publicación detestada por extremistas religiosos

Charlie Hebdo tiene sus orígenes en la revista Hara Kiri y otros cómics iconoclastas y políticos que se desarrollaron en el país europeo en los años setenta y ochenta, cuando la fuerza de la izquierda radical aún era muy notoria y nada era intocable para los representantes de la contracultura.

El semanario satírico Charlie Hebdo, escenario del peor ataque terrorista en Francia de los últimos años, tiene sus orígenes en la revista Hara Kiri y otros cómics iconoclastas y políticos que se desarrollaron en el país europeo en los años setenta y ochenta, cuando la fuerza de la izquierda radical aún era muy notoria y nada era intocable para los representantes de la contracultura.

Los redactores colectivos y cartonistas de Charlie Hebdo se inspiraron así en la herencia anticlerical y secular de Francia, para arremeter contra lo que consideraron fraudes religiosos y políticos de todo tipo, explica la cadena Euronews.

De manera inevitable, la publicación entró así en un camino de choque con el islam a medida que esta fe se extendía en las ciudades galas con la inmigración masiva que protagonizaron trabajadores del norte de África y Oriente Medio, muchos de ellos procedentes de las antiguas colonias, gracias al crecimiento económico de postguerra.

No obstante, los críticos más fieros del semanario fueron primero los fundamentalistas católicos, los monárquicos y el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, un partido xenofóbico y opuesto a la integración comunitaria que podría incluso ganar las próximas elecciones generales en 2017.

Rayando a menudo en la rudeza y la vulgaridad, Charlie Hebdo no perdona a nadie, al estilo de Private Eye de Gran Bretaña u Onion de Estados Unidos, por lo que algunos observadores han considerado que cae en la misoginia y la homofobia. Como el medio impreso de referencia en el ámbito satírico francés, Le Canard Enchainée (El pato encadenado), en ocasiones publica artículos y reportajes serios sobre problemas coyunturales, aunque su foco siempre ha sido la burla y la provocación.

Aunque las sospechas por el ataque de hoy recaen de inmediato en los extremistas islámicos, que han reclutado a decenas de jóvenes en Francia y otros países vecinos para la guerrilla en Siria e Irak, las autoridades han sido muy cuidadosas, y es que recuerdan muy bien lo ocurrido con los llamados "cartones de Mahoma" del diario danés Jyllands-Posten, que en 2005 desataron una ola de protestas violentas en todo el mundo musulmán --donde se considera una blasfemia crear imágenes del profeta Mahoma--, al sumarse a la indignación por las invasiones aliadas de Afganistán e Irak en 2001-03.

También lee: