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Canadá afirma que impuesto de ajuste en frontera dañará consumo

El embajador de Canadá en Estados Unidos, David MacNaughton, aseguró que su país está en contra de cualquier medida que grave las importaciones y que presentarán alternativas por sobre una simple oposición. 

La propuesta de los republicanos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para aumentar los impuestos sobre las importaciones sería mala para los consumidores estadounidenses y Canadá se opone a ella, dijo el embajador del país en Washington.

Aunque los detalles del plan fiscal del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, –y el interés de la Casa Blanca en él– siguen siendo confusos, Canadá está en contra de cualquier medida que simplemente grave las importaciones, dijo el embajador David MacNaughton en una entrevista el viernes.

"Cualquier impuesto de ajuste en la frontera que castigue las importaciones es una mala idea desde nuestro punto de vista, y presentaremos alternativas de manera agresiva en lugar de simplemente oponernos", dijo MacNaughton desde su oficina en Washington.

"La realidad es que la idea de simplemente gravar las importaciones no es una buena idea. No lo es para los estadounidenses, y no es una buena idea para Canadá".

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, planteó sus preocupaciones en una reunión con Ryan el mes pasado, pero MacNaughton dijo que las ganas por poner en marcha cualquier tipo de impuesto fronterizo de la Cámara de Representantes, el Senado y el presidente Donald Trump sigue sin estar claras.

Canadá es el principal comprador de las exportaciones de Estados Unidos y el segundo mayor socio comercial en general, lo que la hace muy vulnerable tanto a un impuesto de ajuste en la frontera como a cualquier cambio en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En la otra dirección, Canadá es el mayor proveedor extranjero de petróleo de Estados Unidos.

El plan de "ajuste en la frontera" de Ryan impondría impuestos a los bienes en función de dónde se consumen, en vez de en dónde se producen. La propuesta reemplazaría al impuesto del 35 por ciento sobre las ganancias de las sociedades estadounidenses y gravará las ventas e importaciones domésticas de las compañías estadounidenses a un nuevo tipo del 20 por ciento. Las exportaciones estarían exentas.

El plan recaudaría más de mil millones en 10 años, ingresos que Ryan y otros partidarios dicen que son necesarios para compensar los recortes de impuestos a negocios y ciudadanos en Estados Unidos.

Trump también ha lanzado la idea del "impuesto de ajuste en la frontera" como una manera de alentar a las empresas a mantener la producción en Estados Unidos. Pero no está claro si se trata de un aumento de los aranceles, o un impuesto a las empresas que reubican su producción fuera de Estados Unidos.

Ryan aún no ha detallado si habrá exenciones para ciertos países o productos, dijo MacNaughton. Canadá cree que Ryan está a favor de los aranceles de importación fronteriza como una herramienta para obtener ingresos –que financien otros recortes de impuestos– en lugar de un impuesto general al consumo, conocido también como un impuesto al valor agregado o IVA.

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