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Bolsonaro sigue el 'ejemplo' de Trump y pide a brasileños regresar a la normalidad pese a COVID-19

El mandatario brasileño hizo esta petición a medida que los casos en el país se elevaron hasta los 2,201, con 46 muertes confirmadas.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, siguió el 'ejemplo' de su homólogo Donald Trump e instó a los brasileños a reanudar su vida normalmente para proteger a la economía, incluso cuando aumentan los casos del nuevo coronavirus en su país.

Desafiando el consejo médico de aplicar el distanciamiento social, el presidente arremetió contra los gobernadores estatales que ordenaron cerrar tiendas y escuelas para frenar la pandemia que amenaza con abrumar al sistema de salud en la nación más grande de América Latina.

"Nuestra vida debe continuar, se deben mantener los empleos, se debe preservar el sustento de las familias. Debemos volver a la normalidad", dijo en un discurso televisado a nivel nacional.

La postura de Bolsonaro es una apuesta de alto riesgo, ya que el sistema de salud pública en Brasil no cuenta con fondos suficientes y está mal equipado para manejar el potencial número de personas enfermas si el COVID-19 se propaga rápidamente, como sugieren algunos expertos en salud.

Pero su llamado no carece de precedentes: Trump está presionando para reabrir la economía de Estados Unidos en Semana Santa, incluso a medida que aumenta el número de infectados por el virus SARS-CoV-2 aumenta.

Mientras Bolsonaro daba su discurso, los brasileños golpearon ollas y sartenes desde sus ventanas en varios vecindarios de las principales ciudades del país, una forma tradicional de protesta en la región que ha estado ocurriendo durante días mientras las críticas al presidente aumentan.

La respuesta relajada y a menudo contradictoria de Bolsonaro a la pandemia puede convertirse en el momento decisivo de su Presidencia. Su popularidad, que ya sufre las críticas por su manejo de la crisis del coronavirus, puede sufrir un golpe aún mayor a medida que la economía cae en recesión y la pérdida de empleos aumenta.

La postura del presidente corre el riesgo de enviar señales confusas al país de unos 210 millones de habitantes, ya que los gobernadores lideran la imposición de cuarentenas destinados a frenar la propagación del virus.

Por ejemplo, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, inició una cuarentena completa a partir del 24 de marzo y el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, restringió el transporte público al cerrar centros comerciales e incluso la playa.

Algunos estados también desplegaron a la policía para hacer cumplir las medidas. Los bomberos se unieron a la lucha para persuadir al público de que cumpla con las pautas, utilizando megáfonos para implorar a los bañistas que regresen a casa y "hagan su parte y ayuden a controlar el coronavirus".

Por el contrario, durante su discurso, Bolsonaro afirmó que los menores de 40 años rara vez mueren de COVID-19 y que incluso él, a los 65 años, no debería estar preocupado porque era "un atleta" en el pasado.

Brasil tiene, hasta el momento, 2 mil 201 casos identificados y 46 muertes por coronavirus. Entre quienes han dado positivo al virus están el secretario de prensa de Bolsonaro y algunos miembros del Senado.

Aún así, Bolsonaro no está solo en América Latina. México también ha tardado en implementar medidas para frenar la propagación del virus, y el presidente Andrés Manuel López Obrador continúa manteniendo compromisos públicos e incluso besando a personas.

"No dejes de salir, todavía estamos en la fase uno. Diré cuándo no salir ", dijo López Obador en un video filmado en un restaurante mexicano en Oaxaca y publicado en su página de Facebook este fin de semana.

"Sigue sacando a la familia a comer", recomendó.

Trump, que está haciendo campaña para un segundo mandato en noviembre, dijo que quiere reducir el distanciamiento social, pero también desea ver que la economía de Estados Unidos se 'reinicie' después de que su estrategia de 15 días para frenar la propagación del virus termine la próxima semana.

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