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Benedicto XVI, a un año de su renuncia

Joseph Ratzinger lleva una discreta vida de oración, alejado del público y los medios,  pero mantiene vínculos físicos y epistolares con muchas personas, incluido su sucesor: el Papa Francisco.

EL VATICANO.- Mañana se cumplirá un año de la histórica renuncia de Benedicto XVI al papado. Hoy lleva una vida de monje, alejado de una dimensión pública y mediática, pero manteniendo vínculos físicos y epistolares con mucha gente.

Según el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, si bien el Papa emérito vive en modo discreto, esto no quiere decir que se encuentre aislado o encerrado en una clausura estricta.

"Benedicto XVI ha sido siempre un hombre de oración, en toda su vida, y deseaba tener un tiempo en el cual vivir esta dimensión de oración con más espacio, totalidad y profundidad. Éste es su momento", dijo el sacerdote jesuita a la Radio Vaticana.

Ratzinger desarrolla una vida de reflexión, lectura y escritura a través de la correspondencia que mantiene con las personas que le son cercanas, aseguró Lombardi.

Unos 17 días después de su renuncia, Joseph Ratzinger se dirigió a la residencia estival de los Papas en Castel Gandolfo, al sur de Roma, y desde el 2 de mayo, fecha en la que regresó a El Vaticano, reside en un monasterio dentro de los jardines vaticanos.

Lombardi precisó que el Papa emérito tiene momentos de encuentro personal, de diálogo, contacto telefónico o intercambio de mensajes con Francisco, su sucesor.

El portavoz recordó también el "gesto inusitado y sorprendente" que fue la renuncia del Papa, que no se verificaba desde hacía siglos, acción que calificó como un valeroso acto de gobierno para el que Benedicto XVI se había preparado con fe y claridad, lo que le permitió tener la fuerza y la tranquilidad para poner en práctica la decisión.

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