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Artur Mas no logra respaldo para formar nuevo gobierno en Cataluña

El partido catalán de extrema izquierda CUP no respaldará a Artur Mas para otro período como líder, lo que forzará a realizar una nueva ronda de elecciones locales y debilitará a un movimiento independentista.

MADRID. - El partido catalán de extrema izquierda CUP no respaldará al jefe regional en funciones Artur Mas para otro período como líder, lo que forzará a realizar una nueva ronda de elecciones locales y debilitará a un movimiento independentista que busca separarse de España.

El largo proceso de formar gobierno en Cataluña es similar al estancamiento político a nivel nacional en España tras unos comicios hace dos semanas en que ningún partido obtuvo un mandato claro para liderar.

La posibilidad de nuevas elecciones en Cataluña, posiblemente en marzo, sume al panorama electoral en España en más incertidumbre debido a que no está clara aún la composición de los gobiernos nacional y regional que negociarán sobre el futuro de la rica región del noreste del país.


El partido de Mas, Junts Pel Sí (JxSí), de centroderecha y cercano al empresariado, necesita el apoyo del CUP, un partido marginal anticapitalista que rechaza la membresía catalana a la OTAN y a la Unión Europea, ya que, pese a ganar las elecciones del pasado 27 de septiembre con 62 diputados, está a seis de la mayoría absoluta parlamentaria y el resto de los partidos ya anunciaron que no votarán a su favor.

A nivel nacional, los partidos están en conversaciones para formar un Gobierno de coalición en Madrid después de que los españoles, decepcionados por una recesión y casos de corrupción de alto perfil, se alejaron de fuerzas políticas establecidas y votaron por pocos partidos.

El futuro de Cataluña está en el centro de esas conversaciones para formar una coalición. Permitir o no un referendo de independencia en la región es una gran piedra de tope que impide una alianza de izquierda entre el partido Podemos, que respalda la iniciativa, y los socialistas, que se oponen.

Sin embargo, el prolongado y complicado proceso para escoger a un líder catalán tras las elecciones de septiembre, consideradas en ese momento como una victoria para los separatistas, ha empañado al movimiento independentista y ha remarcado sus divisiones.

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