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La visita oficial del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a Cuba a fines de este mes, sube un nuevo peldaño con el relanzamiento de las relaciones entre ambos países, con una larga data de vínculos diplomáticos, históricos y culturales.
En medios políticos, acádemicos e intelectuales cubanos, se aprecia una indudable satisfacción ante el interés de ambos países en reforzar la relación bilateral en sus múltiples aspectos con el viaje del mandatario mexicano.
El presidente Peña Nieto tiene previsto reunirse con su colega cubano Raúl Castro, en el marco y después de concluida su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), del 25 al 30 de enero.
Este será el segundo encuentro de ambos en los últimos 12 meses, pues ya se vieron el 27 de enero de 2013 en la Cumbre Económica de la CELAC en Chile.
La subsecretaria para América Latina y el Caribe de la cancillería mexicana, Vanessa Rubio, calificó como un "hecho muy importante" esta visita porque representará "un cierre y un relanzamiento" de los vínculos bilaterales.
Para el embajador de México en Cuba, Juan José Bremer, 2014 ofrece promisorias perspectivas en su relación económica, incluyendo inversiones, bajo el impulso de la voluntad política de Peña Nieto y Castro.
Bremer, quien en mayo de 2013 presentó sus cartas credenciales ante el gobierno cubano, destacó que el relanzamiento de las relaciones de su país con La Habana "abre un abanico de posibilidades" de colaboración en el que ambos países obtendrán "beneficios legítimos y muy positivos".
Comercio, inversión, turismo e intercambio estudiantil y universitario, además de las perspectivas que abre la nueva Zona Especial de Desarrollo de Mariel, son algunos de los campos para ampliar la colaboración, según el diplomático.
De acuerdo con autoridades locales, empresarios mexicanos podrían encontrar oportunidades de negocios en sectores como los servicios médicos, la biotecnología y el turismo, dentro de la incipiente apertura económica de La Habana.
Bremer, quien ha revitalizado la relación cultural a través de la Casa Benito Juárez, subrayó la importancia de la suscripción, el 1 de noviembre pasado en Palacio Nacional en México, de ocho acuerdos que ponen al día el marco jurídico de la relación México-Cuba.
Entre estos acuerdos se destacan el de complementación económica AC 51, el acuerdo sobre reconocimiento y revalidación mutua de estudios superiores, los tratados de extradición y de asistencia jurídica mutua en materia penal.
Ese mismo día, el secretario mexicano de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, anunció que el gobierno de México eximirá a Cuba del pago de 70 por ciento de un adeudo por 487 millones de dólares.
Estadísticas oficiales cifraron en 2012 en casi 500 millones de dólares el intercambio bilateral y la Secretaría de Relaciones Exteriores recordó que México es el tercer socio comercial de Cuba en América Latina y el Caribe.
Las inversiones mexicanas actuales en la nación insular del Caribe que cuenta con 11.1 millones de habitantes, se calculan en 730 millones de dólares.
En la apertura del Pabellón de México en la pasada Feria Internacional de La Habana, el vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas, destacó la "voluntad política" de ambos gobiernos para profundizar la relación "más allá del comercio".
Expresión de cuánto se ha avanzado bajo el gobierno de Peña Nieto en la normalización plena de las relaciones, el canciller cubano Bruno Rodríguez, visitó México en noviembre pasado, ocasión en que se suscribieron los acuerdos y se entrevistó con el presidente mexicano.
Rodríguez y el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, quien visitó Cuba el 12 de septiembre, acordaron mantener el diálogo político de alto nivel para fomentar una relación más estrecha que desarrolle los nexos comerciales y de inversión.
Analistas recordaron que durante su estancia en La Habana, Meade se reunió con el presidente cubano, a quien expresó la voluntad del presidente Peña Nieto de dar un nuevo impulso a las relaciones entre ambas naciones.
Poco antes de concluir su estancia en Cuba, el canciller mexicano calificó como fructífera su visita la cual, dijo, tuvo el objetivo de "darle nueva vigencia, vigor y actualidad" a las relaciones entre ambas naciones, apoyadas en una amistad "fraterna e histórica".