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Agenda de Obama en Cuba incluirá el voto libre

A menos de 20 días de la llegada de Obama a la isla, Estados Unidos y Cuba volvieron a enfrentarse públicamente, esta vez en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

LA HABANA.- Retiradas las tropas cubanas de África y desaparecida la Unión Soviética y con ella el argumento de que la isla era su "satélite", el tema de los derechos humanos se convirtió en la principal punta de lanza de las críticas de Estados Unidos hacia Cuba, lo cual se mantiene a pesar del deshielo iniciado entre los dos gobiernos en diciembre de 2014.

La administración de Barack Obama ha colocado el asunto como una de sus prioridades y propagandísticamente lo ha puesto en el centro de la visita que realizará el mandatario a la isla , La Mayor de las Antillas, el 21 y 22 de marzo.

Para La Habana, el bloqueo-embargo de Washington -que ya dura más de medio siglo- es la mayor violación de los derechos humanos contra 11 millones de cubanos y su levantamiento total constituye su demanda fundamental en el deshielo. A pesar de las diferentes interpretaciones que sobre el tema realizan los dos gobiernos, sus representantes se reunieron el 31 de marzo del 2015 a conversar por primera vez sobre derechos humanos, como parte del diálogo que mantienen desde hace más de un año.

Sin embargo, a menos de 20 días de la llegada de Obama a la isla, Estados Unidos y Cuba volvieron a enfrentarse públicamente, esta vez en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Allí, el subsecretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo que Washington está "cada vez más preocupado" por el uso de detenciones breves de opositores, y llamó al gobierno de Raúl Castro a "parar esta táctica como forma de sofocar las protestas pacíficas".
Adelantó que el presidente estadounidense transmitirá a los cubanos durante su visita "que están mejor atendidos en un entorno donde la gente es libre de elegir a sus partidos políticos, a sus líderes y expresar sus ideas".

El director general de Asuntos Multilaterales y del Derecho Internacional de la cancillería cubana, Pedro Núñez Mosquera, respondió de inmediato en la misma sede criticando la discriminación racial, la violencia policial casi a diario, el maltrato a los inmigrantes y la tortura a detenidos, "como ocurre en el centro de detenciones que el gobierno de los Estados Unidos opera en el territorio ilegalmente ocupado en la provincia cubana de Guantánamo y en su propio país", al tiempo que reiteró la necesidad de poner fin al bloqueo-embargo.

DIFERENTES CONCEPCIONES

Al anunciar oficialmente la visita de Obama a la isla, la principal negociadora cubana con Estados Unidos, Josefina Vidal, afirmó que su gobierno está abierto a conversar con Estados Unidos sobre cualquier tema, "incluyendo los derechos humanos".

Tras señalar que ese diálogo debe ser sobre la base del respeto, la reciprocidad y la no intervención en los asuntos internos, dijo que Cuba "también tiene preocupaciones sobre las garantías individuales en Estados Unidos y otros países" y los abordaría en ese intercambio.

El gobierno cubano opina que la Casa Blanca "hace un uso selectivo de sus críticas a supuestas violaciones de los derechos humanos" en el mundo, utilizándolas contra las naciones a las que considera en el bando de sus opositores.

"Nunca se les ha escuchado criticar a la monarquía de Arabia Saudita, donde las mujeres viven en un nivel de discriminación alarmante", dicen sus funcionarios. Asimismo, considera que, a diferencia de Estados Unidos, La Habana "aborda de una manera indivisible e integral los derechos humanos y no asume que uno tenga un valor superior al otro".

Para Washington, la existencia en la isla de un partido único, el control del Estado sobre los medios de difusión, el sistema electoral vigente y la no legalización de los grupos opositores –para La Habana "mercenarios al servicio de Estados Unidos" y con poca presencia en la cotidianidad nacional- constituyen elementos que propician violaciones de los derechos civiles de los cubanos.

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