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Un acto ‘vergonzoso y amoral’: Macron critica a Rusia por bombardeo a hospital materno

El mandatario francés reconoció como poco realista la posibilidad de un alto al fuego en Ucrania.

El presidente francés Emmanuel Macron condenó este jueves el “acto de guerra vergonzoso y amoral” del bombardeo ruso a un hospital maternal en Mariúpol.

El mandatario se dijo profundamente conmocionado al ver imágenes que mostraban el “uso indiscriminado de armas letales en el centro de la ciudad”. Habló poco antes de una cumbre de jefes de Estado y gobierno de la Unión Europea en el Palacio de Versalles.

“Estoy muy preocupado y pesimista” acerca de la guerra en Ucrania, dijo Macron. “No veo que un cese de fuego (sea) realista en las próximas horas”, aceptó.

El ataque mató a tres personas, y funcionarios ucranianos y occidentales lo calificaron como un crimen de guerra.

Al fracasar las conversaciones para alcanzar cese del fuego extendido, los trabajadores de emergencia renovaron sus esfuerzos para llevar alimentos y suministros médicos a las ciudades sitiadas y para sacar a los residentes traumatizados.

Las autoridades ucranianas dijeron que una niña estaba entre los muertos en el ataque realizado el miércoles contra el estratégico puerto de Mariúpol. Otras 17 personas resultaron heridas, incluidas pacientes, médicos y niños.

Las imágenes de mujeres embarazadas cubiertas de polvo y sangre dominaron los informes noticiosos en muchos países ante la ola de horror por la guerra de dos semanas provocada por la invasión de Rusia, que ha matado a miles de soldados y civiles y provocado la huida de Ucrania unas 2.3 millones personas.

El presidente Volodímir Zelenski advirtió a Rusia que la invasión le resultará contraproducente mientras su economía es estrangulada.

“Serán odiados por los ciudadanos rusos, todos a quienes han engañado constantemente, a diario, durante muchos años, cuando sientan las consecuencias de sus mentiras en sus billeteras, en sus posibilidades cada vez más reducidas, futuro robado de los niños rusos”, aseveró.

Las sanciones occidentales ya han asestado un duro golpe a la economía rusa, provocando la caída del rublo, la huida de empresas extranjeras —incluido el banco de inversión Goldman Sachs— y un fuerte aumento de los precios.

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