Después de participar en protestas contra el gobierno de Nicaragua, Enrique*, de 69 años, fue secuestrado por un grupo paramilitar, torturado y finalmente liberado. Esta traumática experiencia lo convirtió en una persona diferente.
"Todavía recuerdo esos días", dice. "Regresé a casa sintiendo una sombra constante, como si me siguieran a todas partes". Incapaz de soportar el riesgo por más tiempo, huyó a Costa Rica en busca de seguridad.
En una carta, Enrique cuenta su historia y cuenta lo sucedido desde el refugio que lo alberga en el país que lo acogió.
Esta nota es de ACNUR y se publica bajo una alianza editorial con El Financiero para difundir el trabajo de la institución. Si quieres conocer más del trabajo que ACNUR hace, da clic aquí.