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Así se busca preservar este tesoro natural bajo amenaza ‘escondido’ en Durango

El Cañón de Fernández es una 'joya' de 17 mil hectáreas que alberga al milenario árbol mexicano conocido como 'ahuehuete' y a otras más de 500 especies que están bajo amenaza, entre otras cosas, por la huella de la humanidad.

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¿Has oído hablar de los 'ahuehuetes'? Pues existe un lugar en el noreste del país en donde aún queda una parte 'viva' del río Nazas y puedes encontrar un sabino milenario o 'ahuehuete'

El parque estatal Cañón de Fernández, que abarca 17 mil hectáreas y alberga a más de 580 especies de flora y fauna, según la asociación civil Pronatura, es considerado como un 'tesoro' natural en el municipio de Lerdo, Durango.

Para llegar a este paisaje, que tiene una población de más de mil habitantes, de acuerdo con el gobierno local, hay que hacer un trayecto en el que se pueden encontrar desde retenes de policías, hasta gorditas de cocedor, típicas de la región que parecen más tamalitos crujientes que las gorditas que se conocen en el centro del país.

Más cerca del parque te reciben el olor a naturaleza, las casitas de adobe con colores vibrantes, y una muy particular, con un tono blanco que tiene escrito con letras verdes "Salvemos al Cañón".

También están las cabras y becerros; las señoras en el patio de las casas, los señores con sombrero y los niños jugando descalzos en los charcos o con los animales.

"Esta reserva es súper importante porque es la última sección 'viva' del río Nazas. Termina este parque estatal y empieza una zona de sembradíos, la Laguna de Mayrán, que ahora es llano, donde se juntan Durango y Coahuila", dijo Adrián Varela Echavarría, director de Conservación de Pronatura Noreste. "El agua del río se utiliza para riego de manera muy intensa".

Pese a su gran riqueza ecológica, este lugar que fue nombrado Área Natural Protegida (ANP) en 2004 enfrenta dos principales amenazas: el turismo y su dependencia de agua de la presa Francisco Zarco, utilizada para el sistema de riego y el abasto del vital líquido para la Comarca Lagunera, ubicada también en los límites de Durango y Coahuila.

Sin embargo, no son las únicas que lo acechan, pues se ha visto afectado por incendios; especies invasoras de flora y fauna como el carrizo y la planta chicura; erosión; malas prácticas de pastoreo, y las concesiones de uso de suelo que no cumplen las normas, que dependen de la Conagua.

Ante las amenazas que tiene la región, también nombrada sitio Ramsar por su humedal de importancia internacional, los grupos comunitarios y el gobierno local se acercaron a la empresa energética Iberdrola México en búsqueda de recursos para preservar el Cañón de Fernández.

La compañía, a través de su fundación, invertirá 6 millones de pesos en un proyecto de recuperación integral que tendrá una duración de cinco años y será implementado por Pronatura Noreste, con la colaboración de los habitantes, el gobierno estatal, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Durango y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Seguirá tres líneas principales: trabajar sobre 600 hectáreas para asegurar la supervivencia del 'sabino' mexicano, controlar las especies invasoras que ponen en peligro de extinción a las autóctonas y fomentar un turismo de calidad ambiental.

"El proyecto es un ejemplo único y excepcional de colaboración entre las comunidades locales, la iniciativa pública y la iniciativa privada, que cuando trabajan en equipo y de manera armoniosa pueden hacer cosas maravillosas en beneficio de México y los mexicanos", afirmó Enrique Alba Carcelén, CEO de Iberdrola México.

Al preguntarle sobre por qué no se había hecho algo así antes, Alba dijo que primero hay que disponer de los recursos económicos y hay muchas necesidades en sectores como salud, por lo que no siempre las administraciones públicas pueden hacer un 'guardadito' para destinarlo a proyectos ambientales. "Lo importante es que ya comenzamos", apuntó.

Mientras que Dayanira Álvarez, responsable de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Iberdrola México en la región, refirió que este proyecto se ha estudiado desde hace un año.

"Es importante que la firma apoye en los lugares donde tiene presencia y nos ayuda a mantener una parte esencial de la Comarca", señaló.

La empresa tiene en Gómez Palacio una planta de ciclo combinado de 538 megavatios (MW), que cubre el 70 por ciento de la demanda de energía de la Comarca Lagunera.

"Los vigilantes de la zona en principio pedían recursos para chalecos y motos para patrullar la zona, pero en Iberdrola México nos preguntamos qué más podíamos hacer y surgió este convenio", expresó Álvarez.

Por otra parte, Varela enfatizó que este proyecto nació a partir de la falta de control de turismo, en especial en verano y en eventos de motocross, pero, aseguró, aún está a tiempo de controlarse.

Además, coincidió en que otra de las principales amenazas de este sitio es el uso y la demanda de agua de la región.

"Este río depende de la presa y prácticamente está a expensas del manejo de agua que se utiliza para riego, entonces el caudal de río depende, en buena medida, de que la Conagua suelte agua de esa presa (...) Hasta ahora hay muy buena voluntad y ha sobrevivido por casi 30 años, pero es un factor de riesgo que lo hace muy vulnerable", detalló el directivo de Pronatura.

Varela, biólogo de profesión, tiene un cariño especial por este lugar, ya que lo ha visitado desde niño. "Mi madre es de Gómez Palacio, la primera vez que llegué al Cañón tenía 6 años".

Además, comentó, forma parte de las conversaciones familiares, es como una tradición que ahora él hereda a su hijo, quien le acompaña durante el recorrido.

"Es un sitio comentado en las anécdotas familiares y al conocerlo es muy hermoso: apreciar estos bosques de sabinos milenarios en un semidesértico circundante y el hecho de que sea la última parte viva del río Nazas", relató mirando a su alrededor.

Llegar al parque no fue sencillo, ya que las lluvias dejaron el camino lleno de lodo y resbaloso; pero el recorrido valió la pena: es un lugar majestuoso digno de un cuadro paisajista.

El responsable de Pronatura para este programa contó que le gusta traer a su hijo porque está en contacto con la tierra, moviendo ideas, moviendo piedras. "Respira aire limpio y le genera una sensación de grandeza, de magnificencia", finaliza Varela mientras le enseña a lanzar 'patitos' (piedras) al agua.

Cae la tarde en el Cañón y tenemos que irnos. Nos dirigimos hacia el camino que nos llevará de regreso, unos árboles quemados y un montón de basura nos despiden.