Monterrey

Texas, gobernador desea impulsar deportaciones, legisladores sin prisa

OPINIÓN.

En Estados Unidos (EU), "santuario" es un término común que define entidades gubernamentales como una ciudad o un campus universitario que no hacen cumplir estrictamente, o que no coopera -en calidad de espía y policía-, las leyes federales de inmigración. El aprobar una ley que retire fondos a dichas entidades, y hasta que se les pueda sancionar, es un proyecto de prioritario para el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien está urgido este por la propia Casa Blanca; pero el legislador estatal, Byron Cook, presidente del Comité de Asuntos de Estado de la Cámara de Legisladores de Texas, dijo que no tiene prisa para acelerar dicho proceso.

Aunque esta ley tiene años desde su propuesta inicial y modificaciones, nunca había sido tan políticamente importante y puede representar, de aprobarse, cambios económicos que muchas ciudades no podrían afrontar.

La propuesta de calificación de "ciudad santuario" ha evolucionado en los últimos seis años desde un proyecto de ley que permitiría a los policías locales preguntar a la gente acerca de su estatus migratorio a la versión actual que impondría penalidades a sheriffs, y a policías municipales y locales por no cumplir con las peticiones de agentes federales de Inmigración y Aduanas, para entregar a inmigrantes indocumentados bajo custodia para su posible deportación.

A lo largo de EU, declara el Wall Street, se han identificado más de 168 condados santuarios; cada uno de ellos puede albergar más de una ciudad y muchos condados albergan ciudades tan importantes como Houston, la segunda ciudad más grande la Unión Americana.

La mayoría de esos "santuarios" se encuentran en los estados limítrofes con México. Sin embargo, es de llamar la atención que por ejemplo en Laredo, -que el Wall Street identifica por medio de reportes oficiales como una ciudad santuario,- declara que no los es. Tanto el alcalde municipal Pete Sáenz como el Sheriff del Condado de Webb, donde se encuentran la ciudad de Laredo, han repetido que esa región no es santuario, que harán cumplir todas las Leyes, pero la realidad es que no tienen el presupuesto para hacerlo y además en esta región es tan importante la presencia de autoridades federales, que el concepto de ingreso más importante en la economía de esta región no lo es ni el petrolero, ni el gas, ni siquiera el comercio internacional; la derrama más importante corresponde a los salarios de las autoridades; eso nos da idea del número de agencias y de empleados federales destacados en la frontera con México.

Laredo, perdería más, -si se adhiere a leyes antiinmigrantes,- si las empresas de mexicanos y los negocios que internacionales que estos promueven, si el NAFTA -o TLC- se ve modificado al punto de ralentizar las operaciones y si los ahorros de los mexicanos en esa región se retiran de los bancos que sería también otra posible consecuencia.

Pero además si los mexicanos se ven hostilizados en la frontera, seguramente tratarían de vender sus propiedades los que acarrearía una depreciación en los bienes raíces- hoy sobrevaluados-, afectando la construcción, el comercio internacional y los negocios de venta al menudeo, creando un caos económico en la región.

Abbott llamó a la prohibición de las jurisdicciones santuario "una prioridad" después de que el sheriff del condado de Travis, Sally Hernández, una demócrata, anunciara después de su victoria electoral de 2016 que ella honraría solamente peticiones de operar como "detainer" o extensión del brazo de detención federal, sobre una política de base muy limitada.

Como castigo, Abbott le canceló fondos de la subvención estatal para todos los programas del condado. Sin embargo, como fuerza de oposición existen muchos intereses por conservar "santuarios" industriales o mano de obra que se perdería además de los boicots que grupos de hispanos y del mundo exterior seguramente impondrían a esas ciudades en materia de turismo y de comercio internacional.

Estimado lector, tal como se preveía las condiciones socioeconómicas se siguen deteriorando en torno a la nueva administración en este país; debemos de estar bien informados, lo que antes pensábamos no nos atañía por ser política exterior y ocurrir en otro país y podíamos ignorar, ya no podemos hacerlo más.

El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-Estados Unidos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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