Monterrey

Rubén Cantú: Cómo evitar otro “Efecto Covid-19”

La participación organizada y orientada a soluciones por parte de los liderazgos internacionales es imperativa.

En una interacción con prospectos a estudiar un posgrado en negocios en el Tecnológico de Monterrey, surgió la siguiente duda: ¿Cómo aplicaría una política pública de administración de riesgos a la contingencia sanitaria del Covid-19?

Creo que aquí debe haber un trabajo interdisciplinario entre expertos en administración de riesgos y especialistas en políticas públicas. Los primeros para determinar que se debe asumir, mitigar, transferir o evitar; y los segundos para diseñar la política adecuada en base a los resultados obtenidos.

De acuerdo al Dr. Edgar Castillo, profesor del Tec de Monterrey, en lo que respecta a la disciplina de la administración de riesgos, el objetivo es: identificar, medir, vigilar, e informar los riesgos cuantificables que enfrenta una institución en sus operaciones.

El proceso de administración de riesgos toma en cuenta, antes que nada, la identificación de riesgos, posteriormente los cuantifica y controla mediante el establecimiento de límites de tolerancia al riesgo, y finalmente, los ajusta o anula a través de disminuir la exposición a éstos, o mediante la formulación de estrategias de cobertura, cómo los seguros y derivados financieros.

Existen diferentes tipos de riesgos, como de mercado, crédito, liquidez, operativo, legal, etc. Es importante determinar en qué categoría cae la situación a la que deseamos tratar, ya que las metodologías son distintas (y en algunos casos son regulatorias, sobre todo en lo financiero).

También, sobre todo para temas operativos y políticos, es importante clasificar el evento en una matriz de riesgos en donde se grafique la frecuencia y el impacto. De esta forma, tenemos respuesta hacia los riesgos que van desde asumir hasta evitar; pasando por reducir y transferir. En base a esta gráfica podemos determinar un panorama más visual que apoye la toma de decisiones en lo que a la administración de riesgos se refiere.

Por ejemplo, en el caso de las coberturas petroleras que año con año renueva la Secretaría de Hacienda, se utilizan para cubrir el riesgo de una caída en el precio del petróleo; misma que afectaría a las finanzas públicas del país. De acuerdo a la historia reciente, un evento de caída en el precio del petróleo se podría decir que tiene una frecuencia media y un impacto medio, por lo anterior, el gobierno de México decide cubrir una parte de su producción petrolera con derivados financieros (que tienen costo) para asegurarse un precio de venta de dicha parte de la producción de crudo. En otras palabras, Hacienda está reduciendo el riesgo transfiriendo parte del mismo hacia las instituciones que bridan dichas coberturas a través de opciones de venta.

En el caso del Covid-19 creo que tenemos un evento de frecuencia baja (pandemia), pero de alto impacto. Pienso que la medida que ha tomado el gobierno con el confinamiento general de la población va relacionado al evitar el riesgo, algo que es costoso para la economía. Creo que es un tema con una pandemia que debe de ser de prevención y mitigación, más que de corrección. No demos hablar de una administración de riesgos por el Covid-19 debido a que el evento ya sucedió, incluyendo sus impactos. El impacto del Covid-19 no es un riesgo, sino una realidad.

En concordancia a lo que dice el dicho de cultura popular "Ya ahogado el niño vamos a tapar el pozo", mismo que ha sido fortalecido ampliamente por gobiernos e instituciones, las políticas públicas relacionadas con eventos de este tipo, deben evolucionar hacia la prevención. El diseño de dichas políticas debe ser realizado por especialistas, pero siempre basado en el diagnóstico determinado por un equipo de administración de riesgos.

Finalmente, considero que tenemos una importante área de oportunidad a nivel internacional en lo que respecta a la administración de riesgos. Resulta preocupante la forma en la que los gobiernos de distintos países han actuado de forma aislada, de acuerdo a lo que ellos piensan que es lo mejor para sus respectivas naciones, dejando en evidencia una notoria fractura de la cooperación internacional. Si no queremos vivir otro "Efecto Covid-19", la participación organizada y orientada a soluciones por parte de los liderazgos internacionales es imperativa.

El autor es profesor de Finanzas de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey.

Opine usted: ruben_cantud@tec.mx

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