Monterrey

Rafael Velázquez: Perspectivas del T-MEC para México en el 2020, certidumbre y crecimiento

Será necesario también establecer políticas económicas que acompañen estas ventajas para hacer realidad un mayor incremento.

Después de mucho tiempo, la Cámara Baja del congreso estadounidense aprobó, a finales de 2019, el nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Todavía hace falta que el senado suscriba el mecanismo, pero es altamente previsible que lo haga a principios de 2020, después de que se realice el juicio de destitución de Donald Trump. Por su parte, el senado mexicano ya lo aprobó de manera inmediata. Por lo tanto, es muy probable que el T-MEC entre en vigor a mediados de 2020.

Es importante aclarar que el tratado aprobado es una nueva versión del que se firmó el 30 de noviembre de 2018, un día antes de la salida del entonces presidente Enrique Peña Nieto. Los demócratas no estaban muy convencidos de autorizarlo por dos razones principalmente. La primera era que el T-MEC había sido una iniciativa del presidente Trump y no querían darle un triunfo político. La segunda fue porque no estaban de acuerdo en algunos puntos en el tratado y promovieron una nueva negociación. Los gobiernos de México y Estados Unidos abrieron una vez más la mesa de discusión y a mediados de diciembre de 2019 llegaron a un nuevo arreglo.

La nueva versión introduce reformas a lo anteriormente acordado. En primer lugar, el protocolo modificatorio crea paneles para vigilar el cumplimiento de las normas laborales acordadas en el T-MEC. En segundo lugar, contempla una nueva regla de origen que establece que un 70 por ciento del acero utilizado en la industria automotriz debe provenir de América del Norte. Finalmente, el nuevo acuerdo incluye normas ambientales más estrictas para las empresas mexicanas.

¿Cuáles son las posibles consecuencias una vez que entre en vigor el T-MEC? En primer lugar, habrá mayor certidumbre económica en México. Anteriormente, la falta de aprobación del congreso estadounidense provocó una alta incertidumbre en el desempeño financiero del país. Es altamente probable, también, que el T-MEC impulse un mayor incremento del PIB mexicano para el 2020. En 2019 prácticamente no hubo crecimiento de ese indicador. Además, la entrada en vigor del tratado puede generar un aumento en las inversiones externas, un equilibrio en la cotización del peso frente al dólar y un superávit comercial frente a Estados Unidos. Todas estas variables son muy importantes para generar un mayor crecimiento económico.

Para la región del noreste mexicano, la entrada en vigor del T-MEC tendrá, también, efectos positivos. Como la integración de Texas con los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas es muy intensa, entonces habrá una mayor posibilidad de aumentar esta interacción a través de mayores inversiones, modernización de los procesos productivos y más importante, generación de empleos. Pero no hay que pensar que el T-MEC será suficiente para alcanzar esas metas. Será necesario también establecer políticas económicas que acompañen estas ventajas para hacer realidad un mayor crecimiento y desarrollo para los mexicanos en el 2020.

El autor es profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Es doctor en Estudios Internacionales por la Universidad de Miami. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT y es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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