Monterrey

Que venga la revolución energética

OPINIÓN. Diversos lobistas mexicanos me han comentado que los nuevos proyectos energéticos para desarrollar en el país están detenidos por el proceso electoral hasta en tanto no se tengan los resultados de los comicios del 5 de junio.

Esta semana me reuní con Rodolfo González, expresidente municipal de Antiguo Morelos, Tamaulipas, coincidiendo con los directivos del Parque Eólico Tres Mesas ubicado en las mesetas tamaulipecas de Llera, quienes estaban muy emocionados por los avances que están teniendo en la construcción del desarrollo más grande de México. Desde luego que hablamos de los retos que enfrenta el país ante la apertura energética nacional contra el importante avance que tienen algunos países del mundo y que estrechan relación comercial con nuestra nación.

Poderosamente les llamó la atención en la mesa con la que departía cuando les comenté lo que acababa de suceder en Alemania, pues el pasado 8 de mayo durante unas horas, el precio de la luz bajó tanto que las compañías eléctricas tuvieron que pagar por generarlo, en vez de cobrar; por inaudito que parezca esto fue una realidad por que las plantas de generación de energías renovables están teniendo tanto impulso alemán que se han logrado picos del 78 por ciento en la electricidad –tan sólo el año pasado- proveniente de fuentes alternativas. Cabe destacar que el promedio general anual germánico está en una generación del 33 por ciento, esto se debe a que la producción eólica y fotovoltaica no es estable por las condiciones climatológicas de ese país y el hecho histórico de este mes se debió a que el clima favoreció en todos los sentidos, menos a los empresarios.

¿Cómo llegaron a este punto en Alemania? El parlamento alemán tras el desastre de la central japonesa de Fukushima en 2011, tomó la decisión de prescindir completamente de la energía nuclear para 2022.
Es por ello que el gobierno de Ángela Merkel diseñó un ambicioso plan para alcanzar en 2050 una generación eléctrica proveniente de fuentes renovables hasta por 80por ciento, un hecho que ya está redituando sendos frutos positivos. Este plan se llama Energiewende, que traducido al español significa Revolución Energética.

En México apenas acabamos de entrar a la Reforma Energética pero no deberíamos quitar la vista que el próximo Presidente de la República, sea quien sea, pudiera o debiera emprender una revolución –que siguiendo con el espíritu etimológico de la palabra- sería la evolución de la reforma que promovió Enrique Peña Nieto. Aclaro, no como un mero ardid político de hacer, deshacer y reinventar al país en cada sexenio, sino como una calculada medida política para seguir insertados en la dinámica económica de la globalización y pongo un solo ejemplo ¿Cómo podrán ser las armadoras alemanas establecidas en México competitivas contra los costos de producción que brindará la energía eléctrica de Alemania?.

Por último, diversos lobistas mexicanos me han comentado que los nuevos proyectos energéticos para desarrollar en el país están detenidos por el proceso electoral hasta en tanto no se tengan los resultados de los comicios del 5 de junio. Algo que le anticipé a usted estimado lector que podría pasar, en este mismo espacio editorial, en mi columna (Proceso electoral "energético") de principios de marzo de este año. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx

* El autor es consultor en comunicación política y del sector energético en Tamaulipas.


Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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