Monterrey

Oportunidades en la incertidumbre

OPINIÓN. Una vez pasado el periodo negativo en la economía o en el consumo, viene la recuperación en ventas, así como el renacimiento de un consumidor que necesita compensar toda esa demanda retraída en el periodo de ajuste.

Ante el escenario de una caída en el crecimiento del Producto Interno Bruto del país para este 2017 y posiblemente para 2018, la desaceleración en el consumo interno, representa una oportunidad para aquellos inversionistas dispuestos a aprovechar la incertidumbre que esto puede causar en la acciones empresas del sector consumo.

A partir de finales de 2015 e inicios de 2016, cuando el consumo medido en términos de ventas mismas tiendas (de acuerdo con la ANTAD) y a través del índice de confianza del consumidor del Inegi llegó a máximos de su último ciclo expansivo, el desempeño del precio de las acciones del sector departamental, alimentos y bebidas, consumo frecuente y retail, aunque con desfase y heterogéneo en tiempo, ha tenido una clara tendencia bajista.

En algunos casos, las caídas en precios son superiores a 40 por ciento, otras de 30 a 35 y algunas no tanto (menos de 20 por ciento de ajuste). Y no es para menos: la desaceleración en el ritmo de crecimiento de ventas, presiones en costos, así como mayor dificultad para traspasar dichos costos al consumidor han minado los márgenes de rentabilidad de las empresas y por ende sus resultados.

Por si no fuera suficiente, se empieza a ver cierta guerra de precios o presión competitiva entre los distintos jugadores para preservar su cuota de mercado ante un consumidor tibio. Perspectivas de inflación alta, que no se logra abatir a pesar del alza de tasas por parte de Banxico, incertidumbre por el resultado de las negociaciones del TLC y elecciones presidenciales cada vez más cercanas complementan un cuadro complicado y cargado de interrogantes para el consumo interno.

Lo anterior, argumentos suficientes como para descartar una inversión en acciones de este sector consumo, o en algunos casos, quema en leña verde a aquella persona que ose invertir, o al menos considerar hacerlo en dicho sector. Incertidumbre, ¡claro que sí!, nadie tiene una bola mágica para predecir el futuro, pero lo que tenemos es información histórica que nos lleva a concluir que tarde o temprano, una vez terminado el proceso de ajuste, viene la recuperación.

La forma en que la mayoría de las empresas de este sector reaccionan ante periodos de ajuste en el consumo y por ende en sus resultados es a través de programas de eficiencia en todos sus procesos, desde producción, administración y distribución, así como modificación en la formulación de la materia prima utilizada en la elaboración de sus productos, empaque y envasado, ahorro en energía y muchas otras medidas orientadas a disminuir los costos con la finalidad de compensar la desaceleración o caída de sus ventas y así poder mantener sus márgenes operativos. En resumen se vuelven más delgadas.

Una vez pasado el periodo negativo en la economía o en el consumo, viene la recuperación en ventas, así como el renacimiento de un consumidor que necesita compensar toda esa demanda retraída en el periodo de ajuste.

En este periodo de recuperación, las empresas logran resultados por arriba de su promedio dado que parten de una base comparativa baja, además de cosechar de los beneficios de las medidas de eficiencia y reducción de costos implementadas en las épocas de vacas flacas.

Alguna vez un inversionista a principios del siglo XX dijo: "Invertir es actuar antes que las cosas sucedan". Los invito a ver desde otro ángulo las cosas y dentro de lo malo, buscar lo bueno.

Soy de la idea de que el seguir una tendencia alcista y abalanzarse sobre las acciones que están inmersas en este proceso conlleva un mayor riesgo de pérdida en nuestro patrimonio que invertir en una empresa manejada de manera excelente y con productos y marcas que consumimos todos los días, que por temas coyunturales, ha visto caer el precio de su acción, en muchos de los casos muy por debajo de su valor real.

Si decide seguir lo que le comparto, prepárese psicológicamente para saber que la gran mayoría de la gente no piensa igual que usted, y no busque sensación de seguridad en validar su decisión de inversión con otras personas, no lo necesita, utilice su propio criterio y sentido común ¿Qué prefiere?, ¿caerse de un décimo piso o de un primer piso?

Recuerde, compre bueno, bonito y barato.

El autor es Profesor de Cátedra del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas del ITESM Campus Monterrey. Su correo es juliopuon@itesm.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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