Monterrey

Miguel Moreno Tripp: "Que coman pasteles"

Esa fue la frase que utilizó la reina de Francia María Antonieta de Austria, cuando los campesinos no tenían que comer.

En México, el desempleo es medido por el INEGI a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Mide la población económicamente activa, la tasa de desocupación, la tasa neta de participación y la población subocupada.

La Tasa de Desocupación, se refiere al porcentaje de la población económicamente activa que no trabajó ni siquiera una hora durante la semana de la encuesta, pero que quería hacerlo e hizo algo por intentar trabajar.

Para septiembre del 2009 se presentó el máximo de 6 por ciento medido desde el 2006. Era de esperarse dado el entorno de crisis mundial de esa época. Tuvo una tendencia hacia la baja muy moderada hasta que en el 2014 bajó marcadamente -presumiblemente por las tan denostadas reformas estructurales- hasta llegar su mínimo en marzo de 2018 con un 3.2 por ciento, mismo dato que se repitió para septiembre de ese año. En el último año ha venido repuntando paulatinamente. El último dato año a año a octubre de 2019, con datos ajustados por estacionalidad, se incrementó a 3.6 por ciento. Para Nuevo León el dato es de 3.3 por ciento, el más bajo desde 2016. La población económicamente activa, para octubre de este año, es de 57.3 millones de personas, representando un 60.3 por ciento de la población de 15 años y más en el país.

No deshumanicemos estos datos: el 3.6 por ciento será entonces el equivalente a más de dos millones de personas que, si bien les va tendrán algún tipo de ahorro con el que mantenerse esos… ¿días? ¿semanas? Ojalá y no sean meses o peor, años sin trabajar. Pero si no tienen ahorros ¿Cuánto tiempo aguantaría usted sin comer o llevarles de comer a los suyos? Dicho en otras palabras: no nos sorprendamos de los incrementos en la criminalidad.

Pero no debe ser un "ojalá". No es un "que se encargue el gobierno". Menos un cerrar los ojos sin darse por enterado de la desgracia ajena. Entonces no sería muy distinto a, cuando los campesinos no tenían que comer, la frivolidad de María Antonieta de Austria, reina de Francia y de Navarra les dijo "que coman pasteles". Acabó en la guillotina.

En Estados Unidos la cosa es muy distinta. Este viernes pasado se publicó el dato de desempleo para noviembre de este año y bajó a un mínimo de los últimos 50 años: 3.5 por ciento. Lo mas relevante es que se crearon 266 mil empleos tan solo en el mes de septiembre, dato al que se refiere el Departamento del Trabajo de Estados Unidos como que "superó sus proyecciones ampliamente". Ha sido la creación de empleo más alto desde el incremento de 312 mil en enero de este año. Además, sus salarios se incrementaron un tres por ciento con respecto al año anterior. El Presidente Trump -con todo lo bueno y lo malo que pueda tener- termina muchos de sus tweets con tres palabras: "trabajo, trabajo, trabajo". Lo ha logrado.

Con esos incrementos, en tres o cuatro meses en México se acabaría con el desempleo y se daría un golpe mortal a la pobreza. Estados Unidos creciendo y México decreciendo. Lástima que, de este lado de la frontera, por dogmatismos y empecinamientos, no se fomente la creación de empleo. Estúpidamente se denosta al que crea empleo. Por el contrario, cínicamente nada más usan a los pobres para mantenerse en el poder ¿ qué bandera enarbolarían si ya no hubiera pobres? Adiós a cinco mil 239 millones de pesos en gasto para los partidos políticos en 2020. Para el resto de nosotros tenemos a escoger: ofrecer pasteles y recibir guillotina o creación de empleo.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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